Feature by
Román Sierra
Feature by
Patricio Lerzundi, Editor-in-Chief
Feature by
Gustavo Román Rodríguez
Feature by
Luisa Villamizar
AQUÍ
168 HORAS
TV
Román
Sierra
Conductor
168 Horas
La
Revista de la Televisión en español
La
superación es algo muy importante en nuestros tiempos. Una
persona que busca un mejor empleo debe
obtener un título universitario. Desgraciadamente el alto
costo de los estudios a nivel universitario son algo casi
inalcanzable para muchos. Lo que no todos saben es que existen
varias formas de ayuda financiera disponibles para la mayoría de
los estudiantes y casi siempre, con muy pocos requisitos.
La ayuda
financiera ha sido de gran ayuda para miles de estudiantes que
ahora gozan de excelentes trabajos, gracias a que obtuvieron su
diploma universitario. De
acuerdo a Ana Lockward, sub-directora del departamento de ayuda
financiera en el Bronx Community College, existen dos becas
(grants) que ayudan a los estudiantes a sufragar los gastos de sus
estudios: “Las dos becas que ofrecemos a los estudiantes son las del
programa estatal y federal, conocidas como TAP y PELL.
Son dos becas que ayudan a los estudiantes a cubrir los
gastos de sus estudios tales como matrícula, libros, transportación
y, dependiendo si el estudiante se queda a vivir dentro de la
universidad, el pago del dormitorio”.
Los
requisitos para recibir la ayuda estatal o TAP (Tuition Assistance
Program) son básicos, pero imprescindibles para poder recibir esa
ayuda. Primero que
nada, el solicitante debe haber vivido, como mínimo, un año en
el estado, matricularse tiempo completo (12 créditos), ser
ciudadano o residente legal y que los ingresos del estu-diante o
de la persona que depende, no sean demasiado altos.
Desgraciadamente todos los tipos de ayuda existentes no están
disponibles para indocumentados. El TAP está disponible por
cuatro años (ocho semestres), pero se llena una solicitud nueva
cada año que cubrirá los próximos dos semestres.
El PELL
debe su nombre al
congresista Clairborne Pell quien luchó por este tipo de ayuda.
Al principio se la llamó “Basic Education Opportunity Grant”,
ahora se le conoce como “The PELL Grant”.
Este tipo de ayuda es federal y al solicitante se le
otorgan $1,350 dólares por semestre los cuales cubrirán gastos
personales tales como libros, útiles escolares y comidas.
El estudiante recibe esta ayuda durante toda su carrera
universitaria hasta que obtiene su licenciatura (Bachelor’s
Degree), a diferencia del TAP que sólo se puede recibir por ocho
semestres.
Para
complementar con los gastos que implican el terminar una carrera
universitaria, existe un programa de trabajo y estudio conocido en
inglés por su sigla CWS (College Work Study). “Este programa ha
sido de gran ayuda y aceptación entre los universitarios ya que
les da la oportunidad de desenvolverse en un empleo, aprender como
funciona en realidad la fuerza laboral, aprender a tomar
responsabilidad y seriedad en un empleo, y lo mejor de todo es que
no tienen que salir del plantel para trabajar y gastar en
transportación, trabajan dentro de la universidad”, afirma la
señora Lockward. El
programa CWS le otorga al estudiante cierta cantidad de dinero,
que usualmente oscila entre los $800 y los $1,500 dólares por
semestre. Con este
programa el estudiante tiene la oportunidad de trabajar un máximo
de 20 horas por semana, ganando $5.25 por hora.
Otros
beneficios de este programa, además de los ya mencionados por la
señora Lockward es que el horario de trabajo es hecho por el
mismo estudiante. Trabaja durante sus horas libres y puede estar
ausente sin ninguna complicación cuando tenga mucha tarea o esté
en exámenes. Son
horarios flexibles que ayudan al estudiante para que pueda
trabajar. Al mismo tiempo que estudian, y como dice Ana Lockward,
es una experiencia muy valiosa para ellos.
Otro tipo
de ayuda es el conocido como FSEOG (Federal Supplemental
Educational Opportunity Grant). Esta es una beca que se les da a los estudiantes cuyos
ingresos anuales están muy por debajo de lo que se necesita para
obtener otros tipos de ayuda tales como el TAP o PELL.
La cantidad de dinero que reciben varía entre $100 y
$4,000 al año, dependiendo del nivel de necesidad del estudiante
y de los fondos con los cuales la universidad cuenta, ya que cada
una tiene sus propios presupuestos.
Finalmente
existen los préstamos, que aunque no son muy recomendables
siempre están a la disposición de los universitarios.
Según la señora
Lockward no recomienda
los préstamos porque
son sólo eso, préstamos que tiene que pagar en determinado
tiempo. “Los préstamos
es la última opción que le sugerimos al estudiante que le ha
sido negada todo tipo de ayuda, ya que con un préstamo, el
estudiante tiene que pagar todo el dinero más los intereses del
mismo”.
El tipo
de préstamo más común es el fe-deral,
conocido como Federal Perkin Loan.
Con un préstamo de este tipo el estudiante puede recibir
$3,000 por año, sin exceder un límite de $15, 000.
Los intereses son de un 5% y el estudiante tiene un período
de nueve meses después de que se gradúa, de
comenzar a pagar ese dinero.
Ese período de tiempo es llamado período de gracia o
“grace period”. Al
final de ese tiempo, el estudiante debe comenzar a pagar el préstamo
y tiene hasta diez años para saldar esa cuenta.
Las solicitudes para las becas están siempre disponibles
para los solicitantes y pueden conseguirlas en sus respectivas
escuelas, si es que son estudiantes de secundaria o en cualquier
biblioteca pública.
Estas
solicitudes deben ser enviadas entre el 1ro. y el 30 de junio del
año en curso para ser procesadas a tiempo.
Si desea
más información sobre ayuda financiera federal (PELL), puede
llamar gratis al 1-800-4-FED-AID (1-800-433-3243). Para información
sobre TAP el teléfono es el 1-518-474-5642.
Si tiene acceso al Internet puede llenar la solicitud en:
(www.fafsa.ed.gov).
Y si
necesita ayuda sobre como llenar esa planilla puede visitar
la siguientepágina:
www.ed.gov/prog_info/SFA/FAFSA
Cuidese mucho y le esperamos en
168 HORAS.
Pinochet:
Once años después
Feature
by
Patricio Lerzundi
Editor-in-Chief
En agosto
de 1988 volví a Chile después de una ausencia de 20 años para
entrevistar al General Augusto Pinochet, literalmente
autoproclamado presidente desde su golpe militar en 1973. Después
de intensas negociaciones él decidió otorgarme una entrevista
exclusiva. Desde que tuvo una mala experiencia con un periodista
francés a quien acusó de no haberlo citado correctamente, el
Presidente había rehusado todas las entrevistas privadas con los
periodistas. Mi entrevista, programada a pocas semanas del
esperado plebiscito, iba a ser un momento difícil, no tan solo
para mí sino para todos los chilenos.
No tomó
mucho tiempo para que se corriera la voz de que Pinochet me había
otorgado una entrevista privada. Mi viaje a Chile comenzó a
cobrar vida propia y casi todo el mundo empezó a ofrecer consejos
y opiniones. Y empezaron a producirse las amenazas de muerte.
El presidente de mi periódico, Phillip Sánchez –ex
embajador norteamericano en Colombia y Honduras– tomó las
amenazas con mucho sentido de humor: “Esos son gajes del oficio”
me dijo sonriendo para darme ánimo.
Me puse
en contacto con los funcionarios del palacio presidencial en el
momento mismo de arribar
a Santiago. El decano militar me aseguró que la reunión se iba a
producir, pero que por razones de seguridad, no se había decidido
todavía la fecha y el lugar. Por cuanto ningún periodista había
podido hablar con Pinochet en privado por tanto tiempo, mis amigos
y colegas en Chile estaban convencidos de que los funcionarios del
palacio estaban “matando el tiempo” y que la entrevista no se
iba a producir nunca. Esto me comenzó a preocupar. Pero dos días
más tarde recibí una llamada: “Su Excelencia el presidente lo
espera en la Casa de la Moneda en dos horas”.
¡Dos
horas! Tomé mi libreta de notas y mi pequeña grabadora y partí
en un taxi al palacio. Al llegar un equipo electrónico detectó
algo “sospechoso” en mi bolsillo. Con diplomacia pero con
firmeza me ordenaron levantar las manos. En silencio sepulcral,
soldados armados con metralletas me escoltaron a un cuarto pequeño
donde me preguntaron qué tenía en el bolsillo; en mi nerviosismo
no pude contestar, pero el misterio del objeto metálico lo
resolvió un brazo mecánico que extrajo de mi bolsillo la
grabadora.
Una vez
aclarado el problema, me pidieron que pasara por un patio hacia el
lugar donde Pinochet tenía su oficina. Cuando un pequeño grupo
de soldados pasó en estricta marcha militar, recordé que Chile
había adoptado el uniforme alemán para el ejército, casco
incluido. Dos hombres vestidos al estilo Gestapo pasaron por mi
lado mirándome fijamente. Pensé que
me encontraba en medio de la filmación de una película de
la Alemania nazi.
Pocos
minutos después me encocntré frente a frente con Pinochet,
vestido de civil para la ocasión, pero calzando zapatos que más
parecían botas militares que otra cosa. Me invitó a su ofi-cina
donde quedamos totalmente solos y comenzamos a hablar.
Mi
compromiso fue tocar cinco áreas específicas: las relaciones
entre Chile y Estados Unidos, la seguridad del hemisferio
occidental, la economía del país, los derechos humanos, y por
supuesto, el plebiscito.
Hubo
momentos tensos durante la entrevista. Uno estuvo relacionado con
el problema de los derechos humanos en Chile y las amenazas en
contra de la actriz Carla Cristi y el periodista Sergio Marras, y
los casos entonces pendientes de más de 400 exiliados. La razón
de hablar de Cristi y de Marras era una excusa para contribuir a
su protección por el solo hecho de mencionarlos. La respuesta, en
síntesis, fue una acalorada defensa del gobierno, asegurando que
la protección de los derechos humanos había sido una preocupación
constante de su gobierno.
Otro
momento difícil fue cuando le pregunté sobre la acusación al
gobierno de orquestar el fraude del plebiscito a través de: la
falta de acceso igualitario a los medios de difusión, existencia
de estados de excepción, presiones sobre el electorado,
parcialidad con respecto a las fuerzas armadas, y finalmente,
manipulación de los integrantes de las mesas receptoras de
sufragios. La reacción fue asegurar la “limpieza” de las
elecciones y expresar una confianza ciega en la victoria del
gobierno. Más tarde supe que ese mismo día había decidido
terminar con todos los estados de excepción, noticia que dio a
conocer públicamente días después de la entrevista.
Por un
breve instante se dieron vuelta los papeles y el entrevistado
resulté ser yo. Pinochet me preguntó cómo me habían recibido
en Chile. Le contesté que muy bien a pesar de haber recibido,
igual que en Nueva York, amenazas de muerte. Como el embajador Sánchez,
Pinochet no le dio ninguna importancia a esto y se limitó a decir:
“Esto me pasa a mí a cada rato”.
Contra
los vaticinios de la mayoría de los expertos sobre un fraude
electoral, comenzó el retorno de la democracia en Chile. Meses
después, en Nuev a York, tuve la oportunidad de intercambiar unas
palabras con el sucesor de Pinochet, Patricio Aylwin. “La era de
Pinochet -dijo- fue
una página difícil en la historia de Chile. “Lo que hay que
hacer es no olvidar
la historia, sino dar vuelta la hoja y seguir adelante”.
Esto es
justamente lo que ha hecho Chile en la última década. Mientras
tanto, Pinochet enfrenta un destino en muchos sentidos peor que el
que sometió a miles de sus compatriotas: el del exilio con
probabilidad de prisión.
Por
la salud mental:
Música
y medicina
Por
Gustavo Román Rodríguez
A través
de los siglos, la música se ha empleado para calmar angustias,
mitigar dolores o devolver la razón a mentes desquiciadas.
Para el
hombre primitivo, igual que para los griegos y otras culturas
antiguas, la música era la expresión de la armonía universal.
El enfermo confiaba en las virtudes curativas de los cánticos que
entonaban los brujos al compás de rústicos sonajeros cuyo propósito
era devolverle su relación armónica con la naturaleza, al
exorcizar una fuerza maléfica y suplantarla con una benéfica.
Las heridas, los estados febriles e infecciosos, los ataques
convulsivos, todos los acontecimientos importantes de la vida
humana -desde el nacimiento a la muerte- se celebraban ritualmente
con cantos, danzas y acompañamiento instrumental.
En Grecia,
la música era parte esencial de la educación para que el niño
desarrollara un temperamento armonioso. El Antiguo Testamento cita
el uso terapéutico de la música en la historia de David, que fue
llamado a la corte para curar con la música de su arpa al rey Saúl
quien padecía un severo estado depresivo.
En la
edad Media la música era un arte anónimo y colectivo, como lo
era también la enfermedad: la gente sufría en común el terror,
el dolor y la muerte por epidemias sucesivas. Al hacer su aparición
la Peste Negra, música y medicina se asociaron de una manera
extraña: hordas de hombres, mujeres y niños recorrían ciudades
y campos bailando frenéticamente. Cuando en una ciudad aparecía
la enfermedad, no era al médico sino al músico a quien se
acudía, en la creencia de que sólo el baile la haría
desaparecer.
Durante
el Renacimiento, se asociaron la teoría médica y musical a los
cuatro humores hipocráticos -sangre, flema, bilis amarilla y
bilis negra- y a los cuatro elementos del cosmos -aire, agua,
tierra y fuego-, admitiendo que tanto la buena salud como la buena
música dependían del perfecto equilibrio entre estos elementos.
Así
mismo, resucitaron las teorías sobre el poder de la música que
sostuvieron los griegos: hasta un hombre tan práctico como el
famoso cirujano Paré, recomendaba la música para tratar
picaduras de araña, la ciática y la gota. El placer de la música
se recetaba clínicamente como remedio para la ira, la pena y la
preocupación, que abrían la puertas a la peste de la época.
Estudios experimentales realizados en el siglo actual, indican que
el tono y la intensidad tienen significados emocionales: una música
en tono menor, tocada con volumen alto y en registro agudo, puede
producir alegría. Los acordes en tono mayor, tocados en registro
grave, sugieren melancolía. La música de compás rápido causa
un efecto estimulante. La música de compás lento apacigua el espíritu.
Algunas sinfonías reducen la presión sanguínea. Hasta los más
relajados melómanos experimentan respuestas musculares a los
ritmos musicales.
Todas
estas experiencias han hecho que la música se utilice en múltiples
formas como auxiliar médico en psiquiatría, rehabilitación física,
terapia ocupacional, terapia laboral y anestesiología. Su poder
calmante ha extendido su uso a consultorios médicos, odontológicos,
hospitales y salas de espera.
La
reproducción de este artículo cuenta con el permiso de Gustavo
Román Rodríguez y www.mundolatino.org/revista
Feature
by
Luisa Villamizar
Profesora
de la Universidad Central de Venezuela
La
Educacion Ambiental
como eje
en la formacion escolar Básica
En esta
oportunidad la columna Alerta Ambiental está referida a la
Educación Ambiental, como una contribución para los docentes,
padres y madres que tienen la gran responsabilidad de orientar a
las niñas (os) de hoy, en el futuro hombres y mujeres que tendrán
en sus manos la toma de decisiones relacionadas con el ambiente.
La escuela junto con la familia, son las instituciones de
mayor importancia en el proceso de desarrollo de las niñas (os).
Ambas constituyen ambientes culturalmente organizados donde éstos
interactúan constantemente.
La familia, primer agente socializador, representa un
factor importante en la formación del escolar, su influencia y
responsabilidad va más allá del ingreso de éste a la escuela.
La familia genera comportamientos de autoestima, tolerancia,
comprensión, cooperación, entre muchos; y que condicionan su
integración social.
Basta con
revisar la prensa diaria o escuchar los informativos de radio y
televisión, para conocer la problemática familiar, la poca
respuesta de la escuela en la formación escolar y la crisis
ambiental: noticias sobre alumnas (os) con un gran resentimiento
social, problemas de contaminación, extinción de especies,
masiva acumulación de residuos y productos de desecho, cultura de
lo efímero, hábitos ambientales poco saludables, son algunos de
los titulares.
Esto nos lleva a pensar en una salida educativa a través
de la Educación Ambiental dirigida a los padres y madres,
maestras y maestros, quienes tienen la gran responsabilidad de
fomentar en los jóvenes actitudes, normas y valores como:
*
Actitudes de sensibilidad y respeto hacia la conservación del
Ambiente.
*
Identidad y respeto hacia los valores de la cultura local.
* El
conocimiento de la repercusión sobre la salud del consumo de
tabaco y alcohol.
*
Utilización racional de los recursos: ahorro de agua,
electricidad, etc.
*
Desarrollo de actitudes participativas y hábitos de gestión
comunitaria.
*
Iniciarlos en el análisis crítico de los mensajes publicitarios
que incitan al consumismo.
* Trabajo
cooperativo y compañerismo.
*
Practicas de acciones de defensa del Ambiente, reciclaje y
reutilización de materiales como parte del ejercicio ético en la
escuela, la casa y la comunidad.
*
Internalizar la necesidad de elaborar un Proyecto de Vida Sana en
armonía con el ambiente.
De tal
manera que la Educación Ambiental se caracteriza por:
-Una
preocupación: la calidad del ambiente
-Una
meta: la protección y mejora del ambiente.
-Un
campo: los problemas del ambiente.
-Un
enfoque: la relación y la interdependencia.
-Una
estrategia metodológica: la participación.
-Un
compromiso: la responsabilidad compartida.
Así
tenemos que la Educación Ambiental propone concebir el acto
educativo como una relación muy estrecha entre la familia,
educandas (os), la
escuela y la comunidad, dentro de una relación de armonía que
valora los actores del hecho educativo y considere los aportes de
la familia y la comunidad. Su fin es recordar que todo ser humano
tiene derecho a vivir en un ambiente SANO que debe preservar y,
por lo mismo, el compromiso de los maestros y padres es
orientarlos a que organicen un Proyecto de Vida Sana en armonía
con el Ambiente.
Y
cerramos con una opinión de un eminente educador venezolano Rivas
Casado: “El mundo actual está urgido de una educación con un
fuerte contenido ético y principista que le permita facilitar la
más armoniosa forma de convivencia con las nuevas dimensiones
determinadas por aquellas concepciones básicas de la cultura y el
saber científico y tecnológico.”
Referencias
Bibliográficas:
Colom, A.
y Melich, J. (1995). Después de la modernidad. Nuevas filosofías
de la educación. Barcelona.
Novo, María
(1995). La Educación Ambiental. Bases Eticas, Conceptuales y
Metodológicas. Madrid.
Rivas
Casado, A. (1995). Un nuevo paradigma en educación y formación
de recursos humanos. Lagoven. Venezuela
Ministerio
de Educación (1998). Reforma Curricular a nivel de Educación Básica.Venezuela.
|