No mucho tiempo atrás,

viví una historia de terror.

Me sucedió algo extraño,

y quiero contártelo.

He dividido en tres partes,

estos pequeños versos.

Espero que a ti te gusten,

cuando decidas leerlos.

Parte 1

Existe un pequeño mundo dentro
 de mis huesos.

Lo supe cierto día,

cuando unos visitantes,

pensaron que allí se quedarían.

Antes de que ellos llegaran,

el pequeño mundo de mis huesos,

feliz transcurría.

Las plaquetas, los glóbulos rojos y los glóbulos blancos,

juntos tomaban el té y sonreían.

Estas pequeñas células que vivían
en mis huesos,

crecían y trabajaban cada día,

viajaban por mis venas,

y yo muy saludable me sentía.

Los glóbulos blancos eran
mis guardaespaldas,

y de los gérmenes me protegían.

Usaban sus poderosos trucos,

y a las enfermedades combatían.

Los glóbulos rojos eran
redondos y fuertes,

y con su fuerza podían llevar,

el oxígeno que yo necesitaba,

para aprender y para jugar.

Las plaquetas eran mis
amigas poderosas,

encargadas de los coágulos formar.

Si yo cortaba mi mano o
lastimaba mi brazo,

ellas a la sangre podían frenar.

Así transcurría el pequeño mundo
 de mis huesos,

antes de llegar estos visitantes.

Fue entonces cuando aprendí,

todos los nombres que no conocía antes.

Parte 2

A comienzos de octubre,

comencé a sentir que algo me pasaba.

Mi piel tenía moretones, me
sentía de mal humor,

Y jugar durante mucho tiempo
 me agotaba.

Mi cuerpo estaba afiebrado,

sentía un intenso calor.

Y mis padres se preocupaban,

porque en mis piernas sentía dolor.

Me llevaron al doctor,

y al laboratorio asistí.

Me llevaron al hospital,

donde triste me sentí.

Al poco tiempo mis doctores,

descubrieron a los visitantes
en mis huesos.

Eran grandes, atrevidos y osados,

querían vivir en mi sangre y
en mis huesos.

Invadieron a mis células sanas,

y todo su alimento engulleron.

No eran muy inteligentes;

buenos amigos tampoco fueron.

Quizás pienses que fui desobediente,

Yo creía que mal me comporté.

¿Por qué me había enfermado?

No lo podía comprender.

Los doctores me decían que
no me preocupara,

las enfermeras que era muy valiente.

Me decían que mi enfermedad,

no era por ser desobediente.

Los doctores me explicaron,

que mi enfermedad leucemia se llamaba,

y que sus raras características,

en su descripción encuadraban.

Parte 3

Aprendí un montón de palabras nuevas,

cuando leucemia supe que era,

palabras como quimio, blasto
y ganglio linfático,

¿no te suenan como extranjeras?

Aprendí acerca del
tratamiento necesario,

para mi enfermedad derrotar.

Tomé medicamentos muy fuertes,

hasta que los visitantes no
pararon de gritar.

Me sentía agotado,

mi boca dolía,

mi almohada estaba llena de cabello,

que de mi cabeza caía.

No me gustaba lo que sentía,

pero una cosa sabía:

Si yo me sentía mal, los visitantes
se sentían peor,

y entonces, pronto dirían adiós.

Quizás pienses que soy diferente,

tal vez creas que cambié,

sin embargo soy la misma persona,

que a esta nueva vida me adapté.

Déjame decirte que la leucemia,

es uno entre muchos tipos de cáncer.

No creas que por estar junto a mí,

ella podrás contagiarte.

La leucemia no es tan inteligente,

como para poderte alcanzar:

No puede contagiar a otros,

es un truco que no pudo lograr.

Puedo decirte que este cáncer,

hay varias cosas que no puede hacer:

No pudo destruir mi sonrisa,

ni cambiar mi forma de ser.

Ahora estoy mucho mejor,

he derrotado a los visitantes,

Mis huesos ya no duelen, mi cabello ha crecido,

y cada día que pasa, me siento mejor que antes.

Te he contado mi historia,

es larga pero real,

me siento feliz de que la hayas leído,

espero que te sientas igual.

Translation into Spanish: Mariángeles Esquerdo

Back to the frog ponds

To thank Mariangeles for her translation

Back to the English version

Joan Fleitas, Ed.D., R.N.
Associate Professor of Nursing, Lehman College, CUNY
Bronx, New York 10468

Published: August 31, 2005

ero compartir tr