Olmos, Miguel (dir.): Traces
et projections de la voix. Douze études, Mont-Saint-Aignan Cedex: Équipe de Recherche
Interdisciplinaire sur les Aires Culturelles, 2015, 258 pp.
El punto de
interés por el estudio de la oralidad como medio de comunicación original,
alternativo o complementario a la escritura a lo largo de la historia se sitúa
en los años sesenta de la mano de Eric A. Havelock con La musa aprende a
escribir. Desde entonces, este campo de estudio ha dado lugar a múltiples
investigaciones desde diversas disciplinas, a las que se suma ahora la obra dirigida por Miguel A. Olmos Traces et
projections de la voix, que no pretende ser, como éste señala en la
introducción, ni un repertorio de registros textuales en los que dar cuenta de
las otras facetas de la voz más allá de sus soportes principales, ni tampoco un
estudio histórico enmarcado sólo en el ámbito de la escritura o la literatura.
El libro recoge las aportaciones de dieciocho expertos de diversas disciplinas,
dando lugar a doce estudios, cuatro de ellos en español y el resto en francés,
que forman un ente heterogéneo, pero imbricado, donde se exponen y evidencian
algunas de las múltiples dimensiones que la voz manifiesta vagamente en sus
alteraciones. Quedan registradas en la estrecha
relación entre la oralidad y la escritura, entendida al modo de Walter Ong como
una “tecnología” que le fue ajena, pero que acabó siendo inseparable. Es ahí,
en la palabra afectada por la “tecnología”, donde Miguel A. Olmos y el resto de
autores del volumen buscan y encuentran el indicio de los “rastros y
proyecciones de la voz”.
La obra se concibe
en torno al eje principal oralidad-escritura que entra continuamente en
contacto con otras dos ideas satélite: de un lado, la permanencia de la voz
representada en la literatura y sus vestigios en el lenguaje; y de otro, en un
plano extralingüístico, la voz y su determinación en las relaciones del ser
humano con su entorno histórico, social y político. La organización de los
capítulos se lleva a cabo de manera cronológica y disciplinar, dando como
resultado un recorrido organizado, al tiempo que fragmentario y heterogéneo,
que arranca en la Edad Media y llega hasta nuestros días, pasando luego por
aportaciones que nos acercan a la música, la literatura y la historia, con sus
dimensiones política y social, y nos llevan hasta el mundo de la radio. Cabe
destacar que al final de la obra se presenta una relación de anexos,
herramientas estas muy útiles para quienes estén interesados en el tema:
bibliografía, discografía, filmografía, webgrafía, resúmenes y un apartado con
información sobre los autores.
El primer
artículo, “Musicalités et significations dans les trames du discours (mythe de
l’intonation)”, de Agustín García Calvo, se corresponde con el último fragmento
de la cuarta parte de su libro Del Lenguaje. El cuerpo del escrito está
formado por un diálogo al estilo platónico, donde dos personajes son guiados
por un maestro, y los tres reflexionan conjuntamente en torno a los cambios
gramaticales provocados por las diferencias en la entonación de cuatro tipos de
frases categorizadas como “primarias”: de llamar o evocar; de conjurar o benmaldecir;
de ordenar o rogar; de preguntar y de decir; y una última categoría resultado
de la hibridación de todas estas. Esta forma de estructurar el contenido
lingüístico refuerza y acompaña la reflexión en torno a las capacidades
enunciativas del lenguaje, pero, además, revela cómo ese mismo lenguaje que
está siendo estudiado por unos sujetos, los capacita para hacer uso del mismo y
pensar sobre él, dejando de ser objeto para convertirse en herramienta
indispensable de la cognición.
Siguiendo la línea
del análisis lingüistico, Myriam Ponge, en consonancia con las investigaciones
que lleva a cabo en la universidad de París 8, se pregunta en el segundo
capítulo “Voix et ponctuation dans les trames du discours (mythe de
l’intonation), en qué medida la puntuación puede dar cuenta de la voz, y
presenta un estudio en el que rastrea las huellas de la voz en la literatura
utilizando como herramienta de observación los signos de puntuación. Así, las
características propias de la oralidad son puestas en correlación con distintos
aspectos y elementos de la puntuación lingüística para identificar en ellos
propiedades de la voz, tales como la pausa, el ritmo y la entonación.
Para terminar con la
perspectiva lingüística, en el tercer capítulo, “La voix des personnages romanesques:
intonations et affects dans le Quichotte”, José Vicente Lozano explora los
caminos de la voz poética en sus diversas manifestaciones y soportes, desde la
poesía oral a las locuciones en todo tipo de medios de comunicación, incluyendo
la canción contemporánea. Analiza, por tanto, los usos y apropiaciones que de
la poesía han hecho y hacen escritores, poetas, cantantes, locutores, etc.,
para expresar emociones y configurar estéticas,
desfigurando así su naturaleza poética y produciéndose un medio nuevo de
expresión que se relaciona con la poesía, bajo distintas formas y funciones, en
los rasgos fónicos y prosódicos que comparte y que el autor desentraña.
Al término del
enfoque lingüístico, se inicia un recorrido para analizar la 3oralidad a través
de la historia, la música y la literatura de las diferentes culturas
hispánicas. Comienza dicho periplo la responsable del Centre des Études
Hispaniques d’Amiens (CEHA) y de la Real Academia de la Historia, Rica Amran,
con un trabajo en el que analiza los distintos usos del hebreo y su carácter
simbólico en los cancioneros del siglo XV, titulado “Voces judías y judaizantes
en textos de los siglos XV y XVI”. El imaginario en torno a la figura del judío
converso encuentra una herramienta fundamental en el lenguaje para caracterizar
la versión demonizada del otro: “se acusa, se maltrata, y a fin de cuentas se insulta
utilizando términos hebreos” (p. 82). Por otro lado, los documentos
inquisitoriales del siglo XVI revelan el uso del hebreo en la intimidad, que se
acaba convirtiendo, como la autora demuestra, en una herramienta de resistencia
al cristianismo.
Álvaro Alonso evidencia en el título de su capítulo, “La voz de los
personajes novelescos: entonación y afectos en el Quijote”, que su aportación
focaliza en las asociaciones que se dan entre la voz y la expresión de las emociones. En concreto, analiza los recursos
retóricos empleados para dar voz a los distintos personajes del Quijote, para
mostrar cómo a través del volumen y el tono el lector puede recibir una
información adicional a la que figura en el texto, trascendiendo de este modo
la voz a la palabra escrita. Y al hilo también
de las obras cervantinas, nos explica Milagros Torres, especialista en
literatura del Siglo de Oro español, en el siguiente capítulo “Bailes cantados:
Benito, Herodías y el “sarao de la chacona”, mediante el análisis de una escena
del entremés El retablo de las maravillas, que la voz es “idea, forma,
color, volumen, movimiento” (p. 117). Observa que la sensualidad y el erotismo
del baile sólo pueden ser percibidos cuando la voz entra en acción. Así, la
autora revela cómo los ojos cómplices del espectador juegan a dar forma a una
realidad imaginada que da cuenta del poder performativo de lo oral.
Bajo la idea común
de aludir a la capacidad transformadora y al valor que adquiere la voz junto a
otras tecnologías culturales, Araceli Tinajero, profesora en el City College of
New York, nos traslada a otra época y a otro escenario en “La lectura et
l’usage ou l’abus de la technologie (Cuba et Mexique, XIXₑ et XXₑ
siècles)” para mostrarnos un breve recorrido por la historia de la lectura en
alta voz y su incidencia en el lector y el oyente, desde mediados del siglo
XIX, donde el protagonismo recae en los lectores y oidores de las fábricas de
tabaco de Cuba, hasta el cine de nuestros días.
Iván López
Cabello, en el octavo capítulo titulado “Tras las huellas de la voz de José
Bergamín”, nos desvela cómo este intelectual se vale de la literatura y, en
particular, de la poesía, para reivindicar una “cultura de la voz”, destacando
la importancia de la oralidad en su formación y reflexionando sobre el factor
performativo que acompaña a la voz cuando se vehicula a través de las distintas
expresiones culturales. Y es que la voz adquiere una dimensión social cuando se
identifica con la cercanía, cotidianidad y sencillez de lo popular. Sandra
Gondouin nos muestra también esta faceta de la voz en “La dimension sociale de
la voix dans la poésie de José Luis Villatoro”, donde analiza lo oral como
herramienta a través de la cual se evoca un pasado que rechaza la escritura al
mostrarse esta como símbolo de la cultura de las élites. Todo lo contrario
pretende Marie-Catherine Talvikki Chanfreau, en cuyo trabajo “Poésie orale ou
savante en castillan pour chanter l’antifranquisme (1958-1978)” la escritura y
la voz se alían, en forma de canción de protesta, para manifestar las
injusticias del franquismo.
Las dos últimas
contribuciones giran en torno a distintas temáticas y relaciones entre la voz y
la literatura a través de las ondas. La especialista en narratología
audiovisual, Virginia Guarinos, autora del capítulo “La voix narrative dans la
fiction radiophonique”, enuncia los géneros de la ficción radiofónica, y
analiza tanto cuestiones técnicas como de difusión y recepción para poner de
manifiesto las transformaciones sufridas por estos géneros a partir de su
revisión en la actualidad digital. Por su parte, el trabajo colaborativo sobre
la Fonoteca de RNE, “Documentos literarios en la Fonoteca de Radio Nacional de
España”, realizado por parte de su equipo de documentalistas (Archivo de la
Palabra), expone la variedad tipológica
de los documentos literarios sonoros que forman parte del patrimonio común y
que dan cuenta de la influencia de esta tecnología en la construcción del
imaginario colectivo, así como su uso instrumental, mediante los géneros de
ficción, con distintos fines por parte de las estructuras de poder. Finaliza
aquí el viaje capitaneado por Miguel A. Olmos en el que prestigiosos expertos y
especialistas de diversos campos nos han guiado de manera magistral en la
contemplación de la voz, revelándonos algunas de las claves que permiten hallar
e interpretar las huellas que ésta ha ido y continúa dejando en el transcurrir
itinerante de sus pasos.
Universidad
de Alcalá