Lección errante: Mayra Santos Febres y el Caribe contemporáneo, San Juan & Santo Domingo, Isla Negra Editores, 2011. 282 páginas.

Sin duda, Mayra Santos Febres no es solamente una de las más prolíficas escritoras puertorriqueñas contemporáneas, sino que bien se ha instalado en el panorama de la literatura caribeña de manera firme y sin reservas en cuanto a expandir los límites de lo que se entiende tradicionalmente como la nación y el concepto de la familia puertorriqueña. Por eso, la edición a cargo de Nadia V. Celis y Juan Pablo Rivera, titulada: Lección errante: Mayra Santos Febres y el Caribe contemporáneo, es una ambiciosa y estimulante compilación de estudios académicos sobre la obra de Santos Febres, incluyendo además la transcripción de una amena conversación con la autora. “El cuerpo para mí siempre es un lugar de negociación y de encuentro de poderes y de discurso” (252), afirma la escritora, exponiendo varios de los ejes clave—cuerpo, negociación, poder, discurso—entre los que se mueven los escritos recogidos en esta edición. Desde esos ejes se destila el carácter “errante” del Caribe que se traza en la obra de Santos Febres, desde una madama ponceña (Isabel Luberza Oppenheimer) hasta un travesti transantillano (Sirena Selena) y todos los espacios “intermitentes” que se transitan de por medio. Lo “errante” se palpa además en el modo en que Santos Febres conjuga el quehacer artístico, social, cultural y mediático puertorriqueño por medio de su presencia y su obra.

La edición que nos presentan Celis y Rivera ofrece una enriquecedora gama de acercamientos a la autora y a su producción literaria-cultural. Dicha gama cuenta con una variedad de temas que ponen en jaque modos "oficiales" de entender los entramados de las jerarquías socio-culturales en la Isla y en las Américas. Algunos ejemplos de estos temas son: 1) el juego con la idea de la mujer lúcida/lucía (en diálogo con Rosario Castellanos), según elabora Debra Castillo (40); 2) la empañada dicotomía entre virgen/puta, pues como indica Rubén Ríos Ávila sobre la novela Nuestra Señora de la Noche, se representa “la virgen múltiple, las once mil vírgenes, su nombre es legión y su virginidad ha sido traducida, penetrada y multiplicada” (74)—narrativa a la que, según Guillermo Irizarry, se enlaza la temática de “desarticular las estructuras que solventan el poder” (215), 3) los espacios, sean urbanos, personales, o femeninos, como estudia Radost Rangelova en la cuentística de Santos Febres y 4) la experiencia migratoria en el poemario Boat People (181), como analiza Rivera, entre otros asuntos relacionados a lo translocal en la escritura de Santos Febres.

Uno de los grandes aciertos de Lección errante es la manera en que los trabajos van intuitivamente ordenados desde una semblanza anecdótica en “Lucidez: Perfil de la autora”—en la cual Castillo ofrece el trasfondo de Santos Febres cuando ésta era estudiante graduada en Cornell—hasta las propias expresiones de la autora ante la entrevista-apéndice que le hace Celis y que se titula: “Mayra Santos Febres: El lenguaje de los cuerpos caribeños”. En el recorrido entre ambas, se encuentran doce análisis críticos que cubren un amplio e incisivo panorama que incluye la poesía y presencia blogósfera de la autora, así como su narrativa y su ensayística. Aparte de los colaboradores ya mencionados, la edición cuenta con aportaciones de los estudiosos: Carmen Oquendo-Villar, Annette Passapera, Irune del Río Gabiola, Rosana Díaz-Zambrana, Margaret Shrimpton, Elvira Sánchez-Blake y Chrissy B. Arce. Para el recorrido, Celis y Rivera proveen un excelente “Itinerario” introductorio, resaltando en Santos Febres la “conjunción entre lo espectacular y lo lúcido” y cómo ésta “revela su consonancia con el modelo del intelectual público latinoamericano” (16). Con Mayra Santos Febres se trata de una intelectual pública latinoamericana, puertorriqueña/ afro-puertorriqueña, caribeña y, como destacan los editores, “la primera autora célebre de la Isla y su diáspora” (17).

En su análisis de la colección de ensayos Sobre piel y papel, Shrimpton puntualiza la manera en que “Santos Febres negocia con la duplicidad y la paradoja características de este espacio errante y, en particular, de Puerto Rico” (158). Crear desde y para ese espacio errante--con todas sus complejidades, tensiones y entrecruces--ha sido una constante en la producción literaria de Mayra Santos Febres. Por el enfoque en las duplicidades y paradojas, los travestis y las madamas, las mujeres que observan y las mujeres propietarias, ese espacio también ha generado los acercamientos críticos que revisten la edición de Celis y Rivera de sólidos estudios sobre la autora y su obra.

Lección errante es un libro de indiscutible relevancia para los estudiosos de la obra de Santos Febres, la literatura puertorriqueña, caribeña y latinoamericana, como también para los de la multifacética relación entre los escritores y el mundo mediático, los autores—en este caso, la autora—y el público. Es evidente el cuidado, rigor y lucidez de los colaboradores y editores, lo que a su vez es reflejo del refrescante impacto cultural y literario de lo que representa Mayra Santos Febres en la trayectoria de las letras puertorriqueñas.

Nancy Bird-Soto

University of Wisconsin-Milwaukee