Cartografías del deseo homosexual en la literatura brasilera.

De antropofagia a homofagia o ¡El camino a Pindorama es gay!

 

 

Paola Arboleda-Ríos

University of Florida

 

 

Tupi, or not tupi, that is the question

           Oswald de Andrade, Manifiesto Antropófago 

 

Después de más de cuarenta años de lucha por los derechos de los homosexuales en el Brasil (Green “Beyond Carnival” 8, 198, 256; Green y Polito “Frescos Trópicos” 64; F. Arenas 236) y de la publicación de una serie de investigaciones sobre género y homo/sexualidades desde perspectivas psicológicas, antropológicas, sociológicas y políticas, la historia de la literatura gay en ese país está aún por escribirse.

Antes de apresurarnos entonces a construir, o a proponer, un “canon queer (1) ” brasilero es importante destacar la necesidad de mantener cierto nivel de desconfianza al agrupar textos con base en supuestas características estilísticas, temáticas o generacionales. Aunque esta es una estrategia (¿válida?) usada por críticos y teóricos para tratar de dar coherencia a los procesos históricos, justamente el afán de organización ficticia de los discursos (patriarcales) -o de “higienizar” las producciones culturales- es una de las prácticas que ha permitido “editar” la historia (como lo recuerda Foucault) creando sujetos fantasmas, instituciones todo-poderosas (familia, iglesia, estado, medicina) y marginando a quienes amenazan con empañar la nitidez artificial de las narraciones hegemónicas (mujeres, homosexuales, minorías étnicas y raciales, personas discapacitadas, etc.).

Una aproximación a la literatura de temática lésbica/homosexual en el Brasil debe hacerse entonces bajo la premisa de la heterogeneidad e incluso de la incoherencia (con relación a los discursos androcéntricos). Lo que propongo en este ensayo debe leerse como un contra-canon en permanente auto-problematización. Se trata de obras y de autores que no coinciden forzosamente en periodos espacio-temporales, que se encuentran dispersos en cronotopos multiplicados de manera rizomática en el sentido postulado por Deleuze y Guattari (2) en A Thousand Plateaus: “What is at question in the rhizome is a relation to sexuality Ðbut also to the animal, the vegetal, the world, politics, the book, things natural and artificial- that is totally different from the arborescence relation: all manner of 'becomings'”(21). Esta permanente “transformación” es productiva en cuanto permite cartografiar (3), establecer los mapas, los límites y las contingencias de la literatura homoerótica en el Brasil, conservando en primer plano las exclusiones que la han caracterizado. Exclusiones que han impedido a los textos y a los autores gay ser plenamente “engullidos” por una sociedad que, irónicamente, se percibe dentro y fuera del contexto suramericano como sexualmente permisiva, perpetuamente carnavalesca (4) y, sobre todo, culturalmente antropofágica (devoradora de “otros”). 

Contra-canon antropófago. El concepto de antropofagia fue formulado en 1928 por el escritor modernista brasilero Oswald de Andrade en su “Manifiesto Antropófago”. Conformado por una serie de aforismos, aparentemente desarticulados, el manifiesto incita a asumir la metáfora del canibalismo primitivo del bárbaro americano pre-colonizado, como postura filosófica latinoamericana en respuesta a las influencias intelectuales y culturales foráneas, sobre todo, norteamericanas y europeas. De Andrade incluye enunciados, en los que combina poesía y humor, como estos: “Antes de que los portugueses descubrieran al Brasil, Brasil había descubierto la felicidad”...Contra la realidad social, vestida y opresora, catastrada por Freud Ð la realidad sin complejos, sin locura, sin prostituciones y sin las prisiones del matriarcado de Pindorama (5) ”. El propósito de Oswald de Andrade, de sus compañeros modernistas y de críticos posteriores que siguieron su invitación caníbal, era “transformar al buen salvaje rousseano en un mal salvaje, devorador de lo europeo, capaz de asimilar lo otro para invertir la relación colonizador/colonizado” (Shwartz 140).

A partir de los años veinte la crítica latinoamericana ha usado el concepto de antropofagia (6) como herramienta para “jugar” con los textos de autores extranjeros (incluso de homosexuales extranjeros). Uno de los más reconocidos académicos brasileros, Haroldo de Campos, explica cómo una actitud decididamente antropofágica permitió, por ejemplo, a autores como José Lezama Lima y Severo Sarduy “digerir” las influencias de las obras de poetas como Gide, Proust, Rimbaud y Mallarmé, carnavalizándolas, convirtiéndolas, en discursos barroco y/o neobarroco latinoamericanos. Sorprende entonces que no se haya dado todavía una transición de la antropofagia (ingerir, digerir y transformar el discurso del “otro” ) hacia la homofagia literaria en el Brasil (equivaldría a deleitarse “consumiendo” discursos homosexuales). Hasta el momento de la escritura de este ensayo sólo se encuentra referenciado un texto brasilero que se dedica exclusivamente al estudio de la literatura homosexual: Uma flor para os malditos (1984) de Mara Lucia Faury. Desafortunadamente el libro es un recuento del lesbianismo y de la homosexualidad masculina en las letras de Europa y Norteamérica, desde Safo hasta Tennessee Williams, haciendo un desvío mínimo y, poco significativo, hacia el contexto Hispanoamericano. Este ensayo es un intento por delimitar un nuevo camino de la antropofagia a la homofagia en la literatura brasilera (7), reconociendo que esta transición ha sido dificultada, en cierta medida, por el ejercicio crítico que estimula el análisis repetitivo de algunas obras, “canónicas”, mientras se niega a valorar, o incluso a reconocer la existencia de “otros” textos, particularmente de muchos de los que han sido escritos sobre y por mujeres lesbianas (como es el caso de Cassandra Rios que se señalará más adelante). 

 

escribir la homosexualidad y otros certificados de “perversión”

 Infra equinoxialem nihil peccari.  Sylvia Molloy afirma que las ideas sobre homosexualidad en America Latina “are not comfortable notions to contend with, and lesbianism in particular seems to give critics a hard time” (Molloy 237); Brasil no parece ser la excepción. En cuanto la permisividad del carnaval se disipa, afloran las contradicciones y el rechazo, y la violencia en contra de los disidentes sexuales se dan paralelamente a cierto nivel de aceptación o, tal vez, de indeferencia. Por eso no es exagerado anotar que, aunque con  particularidades relevantes, la producción y, sobre todo, la circulación de literatura sobre temas homosexuales en el Brasil ha tenido una evolución similar a la que se ha dado en el resto de América Latina. La relación sociedad-homoerotismo ha estado determinada por el contexto socio-político y por las ansiedades que han caracterizado a cada momento histórico (9).

A finales del siglo XIX, época en la que se registran algunos de los primeros textos que se disputan el título de la primera obra narrativa de temática gay en el Brasil (10), la patologización de los “invertidos”, los postulados de la eugenesia, y la manipulación ideológica de la iglesia católica, caracterizaron al discurso oficial sobre la homosexualidad. La novela que se reconoce como posible iniciadora del canon gay brasilero (y latinoamericano) es O bom crioulo (1895) de Adolfo Caminha. Aunque pueden citarse textos anteriores que contienen situaciones o personajes homosexuales (11) como O cortiço (1890) de Aluísio de Azevedo y O ateneu, (1888) de Raul Pompéia, críticos como Balderston y Quiroga (115) y  Quinland y Arenas (xxii-xxiii) coinciden en la relevancia de O bom crioulo. En primer lugar, porque una estrecha relación sentimental entre un grumete blanco y un marinero negro es central en la obra (Trevisan “Devassos” 253); además, porque para su época, y aunque el final de los amantes no sea positivo, la novela de Caminha presenta “a frank and almost sympathetic portrayal” de las relaciones homoeróticas, interraciales, e intergeneracionales (Quinland y Arenas xxii-xxiii).  Los relatos de Pompéia y Bothelo, por el contrario, sugieren situaciones o temas homosexuales que hacen parte de la periferia de las narraciones centrales, y enfatizan el carácter patológico del homoerotismo masculino, del lesbianismo y de cierto tipo de extranjeros (12). Quizá por su carácter, remotamente favorable con la temática homosexual, O bom crioulo fue prohibida durante el Estado Novo de Getulio Vargas (1937-45). El libro de Caminha fue retirado de las bibliotecas, permaneció prohibido por décadas subsecuentes, y no se reimprimió hasta los años ochenta (Trevisan “Devassos” 255). 

Si bien los datos históricos indican que los autores de las primeras obras con contenidos homo/eróticos en el Brasil eran heterosexuales (o lo parecían, recordemos que en este período se pensaba que la “cura” de la homosexualidad era la terapia de electroshock), durante las primeras décadas del siglo XX encontramos varios personajes relacionados con las letras brasileras que, además de incluir temas o situaciones de carga homoerótica en sus obras, eran abierta y magníficamente homosexuales. Sin duda el caso más fascinantes de este período es el de João do Rio (João Paulo Cohelo Barreto). Dramaturgo, periodista, miembro de la Academia Brasilera,  fundador de la Sociedad Brasilera de Autores Teatrales y “provocador de escándalos”. Además, de ser “[o]beso, mulato, homossexual e afetado”,  Do Rio quebrantó casi todas las normas establecidas en su tiempo y en obras como Impôtencia y Odio relata historias de amor intergeneracional entre hombres (Trevisan “Devassos” 259-260).  

Acusaciones sobre el “afeminamiento” de uno de los representantes del movimiento modernista generaron una importante fisura dentro del grupo intelectual brasilero. A pesar de que Oswald de Andrade incluyó temas homosexuales en algunas de sus obras literarias y teatrales como en Serafim Ponte Grande (1933),  el colectivo antropofágico ridiculizó públicamente a su colega Mário de Andrade. Este reconocido poeta, musicólogo, fotógrafo, crítico de arte y novelista fue descrito como “o nosso Miss São Paulo traduzido em masculino” (Trevisan “Devassos” 257).  Después de este incidente M. de Andrade no reanudó su amistad con el grupo, sin embargo, su novela más celebrada, Macunaíma (1928), se considera dentro del modernismo como “one of its most complex and paradigmatic texts...Brazilian national identity is posited as liminal-located in a space beween races, cultures, and even sexualities. Sexuality in Macunaíma appears multiple, ambivalent, and fluid--all in all 'polymorpholy perverse' ” (Quinlan y Arenas xxiv). Actualmente Macunaíma y la figura de Mário de Andrade, se reconocen como una obra y una forma de ser queer (enfrentada a las complicaciones de su tiempo) cardinales para trazar el mapa de las disidencias sexuales en el Brasil. También conectadas con el modernismo se destacan algunas mujeres que escribieron sobre liberación sexual, prostitución y deseo homoerótico:  Laura Villars Vertigem, Ercília Nogueira Cobra Virgindade inútil:Novela de uma revoltada (1927), Virgindade anti-higinica: Preconceitos e convenções hipócritas (1924), Patrícia Galvao o “Pagú” Parque Industrial (1933), y la poesía de Gilka Machado (xxiv). 

Durante la dictadura de Getulio Vargas (1937-45) se publicaron algunas obras con temas o subtextos homosexuales, sin embargo, muchas de ellas fueron censuradas y prohibidas. Con la excusa de la lucha anticomunista, el gobierno de Vargas se volvió cada vez más represivo. Se intensificó la censura a la prensa y la tortura se generalizó como método para neutralizar a los antagonistas políticos e ideológicos. Más de veinte mil personas fueron encarceladas y enviadas a campos de concentración en lugares alejados de los centros urbanos (Bueno 336). A pesar del régimen represivo un par de autores se atrevieron a divulgar obras que podían considerarse como sexualmente-subversivas. Octávio da Faria publicó la colección de historias titulada Tragédia Burguesa. El primer libro de la serie de Da Faria, Mundos Mortos  (1936), se centra en la pasión entre jóvenes de colegio (fue muy elogiado por Mário de Andrade). En 1937 se publicó Capitães de areia de Jorge Amado. La novela representa la homosexualidad desde una perspectiva popular, es la historia de una banda de delincuentes homosexuales. Más de ochocientos ejemplares del libro fueron quemados en Bahía.

Del período de transición entre el fin del llamado Estado Novo (1945) y el inicio de la dictadura militar (1964) se documentan obras de claro contenido homoerótico como, O iniciado do vento (1956) de An’bal Machado, Grande Sertão: Veredas (1958) de João Guimarães Rosa calificado como “um clásico da clandestinidade amorosa” y, además, como “um monumento da literatura homossexual” por el escitor francés Dominique Fernández (Trevisan “Devassos” 263). De Dalton Trevisan se publicó A paixão segundo João (1959), y de Lúcio Cardoso, Crônica da Casa Assassinada (1959). Cardoso fue uno de los primeros escritores brasileros en declararse abiertamente homosexual, incluso a pesar de su ferviente catolicismo.

Durante la dictadura (1964-1985) y a pesar de la represión que caracterizó a este período y que condujo a muchos intelectuales al exilio, Brasil experimentó una serie de procesos sociales y políticos que afectaron directamente la visibilidad, la socialización y los derechos de los homosexuales en el país (13). En el campo cultural varias de las figuras más reconocidas como el cantante Ney Matogroso se declararon abiertamente homosexuales, o como Caetano Veloso exhibían sin vergüenza actitudes andróginas que permitían intuir su bisexualidad o por lo menos una sexualidad ambigüa (Green “Beyond Carnival” 245-259). La influencia de Stonewall y de los movimientos homosexuales y feministas norteamericanos y europeos a mediados de la década de los setenta, estimuló el surgimiento de varias organizaciones feministas y alianzas gay en el Brasil (244). En medio de este ambiente de agitación social y de transformaciones ideológicas y culturales, la literatura influyó de manera decisiva en el cambio de percepciones con relación a la homosexualidad: “In this period books and plays appeared in raising numbers, skirted the censors, and at times presented a positive image of the homosexual” (60). Además de las publicaciones que contaban historias “diferentes”, más allá de la disidencia sexual como “perversión”, algunos escritores y artistas reconocidos asumieron públicamente su homosexualidad. En 1966, Nelson Rodrigues, uno de los más importantes dramaturgos del país publicó O beijo no asfalto,“[t]he play describes the story of a man seen kissing a youth moments before the latter dies in a fatal car accident” (260). Según Green, aunque en la década de los sesenta muchos de los protagonistas de estos relatos aún sufren como consecuencia de los prejuicios sociales, la intención de los autores era despertar compasión y simpatía. En 1967 Gasparino Damata (14) publica una antología de textos de clima homoerótico Histórias de amor maldito, en la que se incluyen historias de importantes figuras, como Machado de Assis y el modernista Graciliano Ramos.

A partir de los años setenta los autores tuvieron un poco más de libertad para experimentar con historias, personajes y temáticas queer y comenzaron a salirse del modelo del gay-mártir. Gilberto Freyre, uno de los intelectuales más importantes del Brasil, propone al homoerotismo como “centro de un nuevo orden patriarcal” (Arroyo 59) en dos de sus obras ficcionales Dona Sinhá e o filho padre (1964) y en Outro amor do Dr. Pablo (1977).  Aguinaldo Silva publica en 1975  Primeira Carta aos andróginos (uno de los textos contemporáneos de más peso para la literatura queer del Brasil). Basándose en sus vivencias como gay y como reportero de crímenes, Silva narra las experiencias de un homosexual que ejerce la prostitución en un cine de Rio de Janeiro. Otro libro esencial es la colección de cuentos de Darcy Penteado A meta (1976). Fue muy promovido por la prensa y el carácter aparentemente autobiográfico de varias de las historias, generó un impacto social positivo a favor de la homosexualidad (el texto sugería, sobre todo, que no todos los homosexuales eran afeminados, travestis, o ejercían la prostitución). Penteado fue un reconocido diseñador, escenógrafo y dramaturgo, y se convirtió en una pieza clave de los movimientos LGBT en el Brasil. Otra autobiografía aparece en 1982 Passagem para o proximo sonho de Herbert Daniel. El autor relata su participación en la guerrilla brasilera y las dificultades a las que se enfrentó por ser homosexual y que lo llevaron a huir de la dictadura en 1964 para terminar trabajando como portero en un sauna gay de París (Trevisan “Devassos” 265).

 

Al margen del margen

Allí se encuentra la escritura sobre temas lésbicos y/o gays escrita por mujeres, a pesar de que algunas, como Cassandra Rios (su nombre verdadero es Odette Rios), hayan vendido más libros que cualquiera de sus colegas masculinos, especialmente entre 1960 y 1980 (más de 300,000 copias al año). En 1976 Rios había publicado 36 libros, el primero, que le produjo una fama instantánea, fue a Volúpia do Pecado (1948), quizá su obra más importante. Varias de las protagonistas de las historias de Rios además de ser lesbianas, son sadomasoquistas y asesinas, quizá por ello muchas de las críticas se refieren a su obra como literatura pornográfica, literatura menor o de entretenimiento. Sus textos fueron prohibidos por la dictadura, aunque continuaban distribuyéndose de forma clandestina. Rios tuvo que presentarse ante la justicia brasilera en más de una oportunidad, se le culpaba de que sus libros atentaban contra la moral y las buenas costumbres (Trevisan “Devassos no paraíso” 264-265). Aunque nunca se declaró abiertamente como lesbiana y trató de dejar claro que en su vida personal nunca reproduciría los comportamientos de sus heroínas, se ha documentado que la autora sí se presentaba siempre a los eventos sociales acompañada de sus parejas, mujeres. Su autobiografía Mezzamaro, flores e cassis se publicó en 2000. Cassandra Rios aparece referenciada brevemente en el texto de Trevisan, y en la mayoría de las investigaciones que se han citado durante este trabajo se le dedica generalmente una o dos líneas, cuando se incluye como representante de la literatura homosexual brasilera. Sin embargo, la obra de otra mujer, Adelaide Carraro, ha sido completamente ignorada. También se le tilda de “pornógrafa” a pesar de que uno de sus libros O estudante (1975) se usa como texto educativo en los colegios brasileros (15).  Carraro publicó más de cuarenta libros y vendió más de dos millones de copias, en 1977 publicó una autobiografía titulada Eu e o Governador.

A pesar de su fama, de recibir una cantidad de premios considerable y de que sus libros se han traducido al francés, al inglés, al italiano y al alemán, la obra de la poeta y novelista Hilda Hilst (Hilda de Amelia Prado) tampoco se menciona en los textos citados. Casualmente, Hilst es calificada como “a pornographic poet” (Althaus-Reid 97). Una de sus obras más representativas, con relación a la literatura LGBT, Rútilo Nada (1993), narra la historia de un hombre gay que es obligado a casarse con una mujer, mientras es testigo del martirio de su amante homosexual.

Las décadas finales del siglo XX vieron el regreso de la democracia a Brasil (1985). Los homosexuales en ese país y en el resto del mundo recogen hoy los frutos de las luchas feministas y de los movimientos LGBT, que trabajan con fuerza en ese país desde finales de los años setenta. La aceptación social sigue fluctuante y el camino hacia la igualdad de derechos aún se recorre. Los medios masivos, las artes y la literatura han mantenido un rol fundamental, han ayudado a asfaltar la vía. El arte de y sobre homosexuales es quizá menos “didáctico” que en el pasado, es quizá más lúdico e irónico (16) (no es necesario tratar de representar al “buen perverso”). La obra , tanto crítica como literaria, de Caio Fernando Abreu, Silviano Santiago y João Silverio Trevisan marcan el inicio de un nuevo discurso queer en el Brasil, mucho más globalizado, y en cierto modo constituyen “el nuevo canon”. El libro de Trevisan Em nome do desejo (1983)  “deixa de mostrar homossexuais morrendo de infelicidade” (Trevisan "Devassos” 267).  Aunque aún más ex/céntrica, la irreverencia, la desacralización de la escritura a través de la "poesía marginal” y las propuestas escatológicas y fetichistas de Glauco Mattoso (Trevisan "Devassos” 267) y Valdo Motta hacen parte del panorama de la literatura homosexual en el Brasil.  

A pesar de una recepción crítica un poco desalentadora (17) la reciente aparición de un par de antologías de cuentos de temática gay y lésbica [Triunfo dos plos e outros contos gls (2000), As heroínas saem do armário: literatura lésbica contemporãnea (2003), Elas Contam (2006)] y de una serie de autobiografías de autores homosexuales, habla también de la apertura de nuevos espacios para la expresión del yo queer. Un recuento de las obras de temática gay del Brasil permite demostrar que ese camino no ha sido navegado, explotado, y mucho menos "devorado” en su totalidad, especialmente por la crítica literaria que ha dado una cabida m’nima a las obras con temática LGBT como objetos de estudio, particularmente a las de las lesbianas. La homosexualidad en la literatura del Brasil demuestra ser es entonces, un campo fértil, pero poco explorado.

 

Anotaciones sobre crítica y poder en los márgenes

 El ejercicio crítico sobre la textualidad homosexual en Brasil ha sido realizado por un pequeño grupo de académicos que manipula el discurso y decide qué o quién es "relevante” o "digno” de estudiarse y que, en desafortunadas y frecuentes ocasiones, descalifica de entrada ciertas obras creando marginalización dentro del margen mismo. Una serie de nombres (que se han citado a lo largo de este ensayo) dominan el panorama de los estudios homo/sexuales en el Brasil: João Silvério Trevisan, James N. Green,  Richard G. Parker (antropólogo) y Luiz Roberto Mott (antropólogo, fundador del Grupo Gay de Baia, la organización de derechos homosexuales más antigua en el Brasil Ð Green "Beyond Carnival” 3) son algunos de los críticos que con más tenacidad se han dedicado al estudio de la homosexualidad desde perspectivas históricas, sociológicas y antropológicas. Otros estudios críticos que rastrean los recorridos de la homosexualidad en el cine y la literatura brasilera (que no se han referenciado hasta ahora en el trabajo) incluyen a Luiz Gonzaga Morando Quiroz Transgressores e transviados: A representação do homosexual nos discursos médicos e literários no final do século XIX, 1870-1900 (tesis de maestría, Universidade Federal de Minas Gerais, 1992); Sap Grootendorst, Literatura gay no Brasil: Dezoito escritores brasileiros falando da temática homo-erótica (Univerity of Utrech, Holland, 1993); Antônoi do Nascimento Moreno, A personagem homossexual no cinema brasileiro (tesis de maestría de la Universidade Estadual de Campinas, 1995).

 

Sobre el clóset intelectual y el camino a Paraiba

João Silverio Trevisan se ha preguntado si "¿existiria um ponto de vista homosexual sobre o erotismo?...¿haveria regras diferenciadas e padrões específicos para representar a vivncia homossexual nas artes?” ("Literatura homoerótica” 11) y soluciona el problema de la existencia o no de una literatura homosexual, proponiendo referirse mejor a literaturas de "temática homoerótica”, es decir, considerando su abordaje temático, más que estilístico, y sin siquiera indagar acerca de la sexualidad del/a autor/a. Aunque no es absolutamente necesario que un sujeto que escribe o que estudia temas homosexuales tenga que declarar su(s) inclinación(es) eróticas, tal vez Néstor Perlongher no se equivocaba cuando se refería a la identidad como una "subjetividad tiránica” (297). En este marco de ideas es posible sostener que (igual que las mujeres, los negros, los indígenas y otros grupos despojados sistemáticamente de derechos, de representatividad y de voz), la/el autor/a vinculado a la re-construcción de la historia queer, debe estar dispuesto a responder a inquietudes acerca de su propia sexualidad, tal vez haciendo uso del llamado "esencialismo estratégico” postulado por Gayatri Chakravorty Spivak (214), es decir, reconociendo la identificación sexual o genérica como una condición transitoria. De esta manera, la escritora o el escritor que es homosexual, dará cuenta de su agencia, de su participación, de su resistencia. Si es heteroqueer (18) , como la autora de este ensayo, revelará el alcance de un feminismo crítico que reconoce y celebra la fluidez de la sexualidad humana, y sobre todo, que aborrece la(s) violencia(s) cotidiana(s) del sistema patriarcal. Es hora de transformar la antropofagia en homofagia y seguir el camino trazado por Oswald Andrade. ÁEl camino a Pindorama es gay!

 

 

Notas

 

(1). En la introducción de A Thousand Plateaus el segundo volumen de su obra Capitalism and Shchizophrenia, los filósofos Gilles Deleuze y Félix Guattari proponen el término rizoma para definir un sistema interpretativo que contempla principios simultáneos de conexión y heterogeneidad, de multiplicidad y unidad, de rupturas y desterritorializaciones anti-jerárquicas: "In contrast to centered (even polycentric) systems with hierarchical modes of communications and preestablished paths, the rhizome is an acentered, nonhierarchical, nonsygnifying system without a general and without an organizing memory or central automaton, defined solely by the circulation of states” (21).

 

(2). Néstor Perlonguer en una de las crónicas de su libro Prosa Plebeya anota: "cartografiar es...trazar líneas, líneas de fuerza del socius, líneas de afectos grupales, l’neas de fisuras o vacíos” (66).

 

(3). James Green explica como las imágenes, casi fantásticas, del Carnaval de Río de Janeiro han generalizado en el mundo entero la idea de que la vida en el Brasil es en efecto una fiesta permanente en la que todas las expresiones eróticas encuentran acogida. Según Green  "these varied images of unhibited and licentious Brazilian homosexuals who express sensuality, sexuality, or camp during Carnival festivities have come to be equated with an alleged cultural and  social toleration for homosexuality and bisexuality in the country” ("Beyond Carnival” 3). Sin embargo, de acuerdo con el autor, cuando el carnaval se termina y los disfraces se guardan, la vida regresa a una normalidad en la que la relación sociedad-homosexualidad es abismalmente opuesta: las contradicciones entre tolerancia y represión, aceptación y ostracismo, festividad y brutalidad asesina son permanentes (4).

 

(4). Además de ser una región en el estado de Sao Paulo en Brasil, "Pindorama”, es el nombre tupi para Brasil en la lengua ind’gena nheegatu. Significa "tierra de las palmeras”. (Shwartz 147).

 

(5). Según Emir Rodríguez Monegal "La antropofagia fue la respuesta carnavalizada a esa conciencia poética que los modernistas brasileños dieron al falso problema del colonialismo cultural. Al subrayar desfachatadamente que todo proceso de asimilación es canibalístico, los antropófagos no sólo desacralizaron los modelos, sino que también desacralizaron la actividad poética misma” (404-405).

 

(6). Mário César Lugarinho en "Al Berto, In Memorian. The Luso Queer Principle”, emplea el concepto de antropofagia para justificar el uso del término queer en los estudios lusófonos.

 

(7). "Debajo del Ecuador no hay pecador”.  Según Trevisan en "Tivira the Man with a Broken Butt”, la vida escandalosa que llevaban tanto los jud’os, como los mulatos, los cristianos y los criollos en el Brasil del siglo XVII, hicieron que se popularizara este proverbio entre los extranjeros que llegaban al país (7).

 

(8). Curiosamente, igual que en el resto de Suramérica, a ciertos personajes no se les permite sino que además se les celebra cierta ambigüedad sexual, y llegan incluso a convertirse en íconos nacionales.  Durante los años ochenta, se presentó uno de los ejemplos más desconcertantes de contradicciones nacionales con relación a la percepción social del homo/erotismo.  Mientras los asesinatos de homosexuales en las calles brasileras se reportaban frecuencia (Green "Beyond” 3), al mismo tiempo, Roberta Close, una mujer transgénero, era reconocida masivamente como "la mujer más hermosa del Brasil”.

           

(9). Aunque el interés de esta investigación se concentra en el estudio de la literatura narrativa, es importante señalar que la poesía con contenido homoerótico se dio antes que la novela. Trevisan menciona poesía erótico-satírica del siglo XVIII de autores como Gregorio de Matos y del XIX, como çlvarez de Azevedo  ("Devassos no paraíso” 248, 250).

 

(10). Como obras que representan las primeras manifestaciones de deseo homoerótico en la literatura brasilera algunos autores incluyen también: "Pílades e Orestes” (cuento) de Machado de Assis, originalmente publicado como Relíquias de Casa Velha (1906) y "O homen das fontes” de la colección de cuentos Serão Inquieto (1910) de Antônio Patrício (Quinlan y Arenas 27).

 

(11). Según Quinlan y Arenas 0 ateneu "reveals a homoerotic subtext that transpires through the sociocultural structure of the boarding school of the same name. In this novel, gender ideology serves as the prism for viewing sexuality, which results in the feminization (and concomitant devalorization) of male homosexuality within patriarchal society” (xxii). De otro lado, según los editores de Lusosex, en la novela de Aluísio Azevedos 0 cortiço el lesbianismo es un subtema poco importante en el relato y es representado como una patología (xxii).

 

(12). En Beyond Carnival: Male Homosexuality in Twentieth Brazil James Green subraya algunos de los cambios fundamentales que se presentaron en este periodo. En primer lugar, Green señala la expansión del espacio urbano en el que les era permitido "navegar” a los homosexuales. Muchos de ellos hacían parte de una clase media emergente que gracias al llamado "milagro económico” que se dio en el país entre 1968 y 1973 comenzaba a convertirse en una importante fuerza de consumo (242) . Abundaron entonces bares, discotecas y saunas. A pesar de las persecuciones policiales, los travestis, las prostitutas y los proxenetas eran personajes visibles en las calles de Sao Pãulo y Rio de Janeiro.

 

(13). En 1976 Damata publica Os Solteirões, incluye cuentos realistas de proxenetas, prostitutas e historias de hombres que se identifican como "machos heterosexuales”, pero que sólo encuentran satisfacción sexual en sus encuentros con jóvenes adolescentes.

 

(14). Esta información se obtuvo en la pagina web de la Editora Global que publica las obras más importantes de Carraro: O Estudante (1975), O Estudante II (1988), O Estudante III (1991)  y Meu Pofessor, Meu Herói (1995). http://www.globaleditora.com.br/

 

(15). Desde mediados de los años setenta y principios de los ochenta, hubo un grupo considerable de escritores masculinos, y poetas brasileros que han escrito abiertamente sobre temas relacionados con la homo y la bisexualidad, además de Abreu, João Silverio Trevisan, Silvano Santiago, Bernardo Carvalho, Herbert Daniel y el poeta Valdo Motta. Algunos autores menos conocidos como Gasparino Damata, Darcy Panteado, Aguinaldo Silva y Glauco Mattoso. De este grupo Abreu y Santiago son las figuras más conocidas. Santiago es considerado uno de los intelectuales contemporáneos más prominentes en Brasil. (Arenas 235-236).

 

(16). Por ejemplo, en el prefacio de Literatura homoerótica e seus espelhos Trevisan afirma que: "[P]oucos foram os textos apresentados que escaparam ao padrão estilístico de representação "naturalista”, enquanto tentativa de "copiar” a realidade. ...o que se viu: uma multidão de tratamentos estereotipados da erótica homossexual, com um baixo grau de representação erótica nos contos apresentados...um tratamento escapista que pouco tem que ver com a vida real”(11-12).

 

(17). Roberta Mock en Heteroqueer Ladies: Some Performative Transactions between Gay Men and Heterosexual Women ha propuesto el uso de la expresión heteroqueer.  El término describe a quienes, aunque tengan relaciones sexuales con personas con fisiologías "opuestas” a la propia, se auto-interroguen acerca de sus elecciones sexuales y admitan la provisionalidad de cualquier posición identitaria y a la sexualidad humana como un continuum. Se trata de sujetos que intentan "entender” las sensibilidades homo-trans-bi-sexual y/o que produzcan arte o teor’as que avancen la lucha de los derechos de la comunidad LGBT.

 

 

Obras Citadas

 

Althaus Reid, Marcella. The Queer God.  London and New York: Routledge, 2003.

 

Arenas, Fernando. "Small Epiphanies in the Night of the World. The Writing of Caio Fernando Abreu”. Lusosex. Gender and Sexuality in the Portuguese-Speaking World. Susan Canty Quinlan and Fernando Arenas (eds.). Minneapolis: University of Minnesota Press, 2002. 235-257.

 

Arroyo, Jossiana. "Brasilian Homoerotics. Cultural Subjectivities and Representation in the Fiction of Gilberto Freyre”. Lusosex. Gender and Sexuality in the Portuguese-Speaking  World. Susan Canty Quinlan and Fernando Arenas (eds.). Minneapolis: University of Minnesota Press, 2002. 57-83.

 

Balderston, Daniel y Quiroga, José. Sexualidades en disputa. Homosexualidad, literatura y medios de comunicación en América Latina. Buenos Aires: Libros del  Rojas, 2005.

 

Bueno, Eduardo. Brasil: uma História. São Paulo: çtica, 2003.

 

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