La detectivesca de Latinas en los Estados Unidos: Lucha Corpi,

Alicia Gaspar de Alba, Michele Martínez y Carolina García-Aguilera
 

 

Sara Rosell

University of Northern Iowa

 


A partir de la década de los cuarenta, cuando D. L. Champion publica la serie donde aparece el detective Mariano Mercado, muchos autores no hispanos han usado detectives latinos, entre ellos, Robert Somerlott, Rex Burns, Bruce Cook y Fredric Brown (Ramos 161). La mujer latina como detective, sin embargo, no surge hasta 1983, en The Tree of Death, cuando Marcia Muller publica la primera novela de la trilogía donde aparece Elena Oliverez, una curator del Hispanic Art Museum en Santa Barbara. Este panorama cambia en las últimas décadas con detectives étnicos creados por escritores chicanos y latinos con autores como Rudolfo Anaya, Rolando Hinojosa, Michael Nava, Manuel Ramos, Alex Abella, Steven Torres y muchos otros. No obstante, la detectivesca étnica de autoras latinas todavía parece encontrarse en una fase de gestación. La propia Lucha Corpi, la primera chicana en publicar una novela detectivesca en Estados Unidos, analiza la escasa producción de este género entre las escritoras chicanas y latinas haciendo referencia al hecho de que tampoco las latinas son sus mayores consumidoras. Al mismo tiempo, Corpi señala que la detectivesca chicana, a pesar de seguir muchas de las fórmulas convencionales del género, se separa de él en que los temas y personajes que desarrollan están estrechamente vinculados a la cultura (La Bloga). Este mismo criterio es aplicable a la obra de otros escritores latinos y otras minorías.
Para John Cawelti,

 

The remarkable ethnic and gender diversity of recent detective stories suggests that the genre has become more than simply a popular literary entertainment. Increasingly the detective story has become a genre in which writers explore new social values and definitions and push against the traditional boundaries of gender and race to play imaginatively with new kinds of social character and human relation. The creation of representative detective heroes has become an important social ritual for minority groups who would claim a meaningful place in the larger social context. (8)

 

Ed Christian, en The Post-Colonial Detective, señala que uno de los elementos más importantes de la detectivesca postcolonial es que ofrece el punto de vista de un grupo marginado de la sociedad que lucha en contra de la hegemonía cultural, la asimilación y el neocolonialismo (1). La ficción detectivesca multicultural, por tanto, les da voz a autores cuya experiencia cultural ha sido excluida de las fórmulas tradicionales del género y en su incorporación alteran y subvierten dichas fórmulas. Sobre la nueva detectivesca multicultural o étnica, Gina y Andrew Macdonald afirman:

 

Current practitioners of ethnic detective fiction have moved toward greater complexity of character, details to reveal character as reflective of culture, and a sympathetic exploration of cross-cultural experience and a movement toward assimilation… These writers laid the foundation for a stirred popular interest in explorations of bicultural and multicultural interaction in detective fiction and in the complexities created by very different psychologies, perspectives, and cultural patterns. (62)

 

De hecho, el detective étnico funciona como una especie de mediador cultural ya que al no pertenecer a la cultura hegemónica, su historia da cuenta de las fricciones étnicas y culturales dentro de la sociedad (Freese 9). Cuando se trata de la detectivesca étnica escritas por mujeres a lo anterior se unen asuntos relacionados con el género, la identidad sexual y la posición que la mujer ocupa en la sociedad.

La escritura femenina, en general, enfatiza la (de)construcción de la subjetividad. En el caso de la ficción detectivesca esta construcción se desvela (casi como el misterio mismo) en el curso de la investigación. De acuerdo con Martha Stoddard Holmes,

 

If we take the position that individual subjectivity as constructed within and by society is always gendered and that this 'mark of gendering' cannot be voluntarily excluded from subjectivity, then detective fiction's destabilizing investigations of persons are inescapably investigations of gender as well. Accordingly, the genre invites scholarly inquiry into the ways in which criminal investigations both construct and question gender identities and, at the same time, gender (both concepts of gender and the gender of the investigator) constructs investigations. (149)

 

Priscilla Walton y Marina Jones también reconocen que el cuerpo en la investigación (ya sea el del detective, el narrador, el criminal, la víctima o el propio lector) está siempre marcado por el género (187), de ahí que para ellas, la detectivesca escrita por mujeres constituye un discurso para explorar la posición de resistencia y las formas de agenciar prácticas a las que antes las mujeres no tenían acceso (93). Por su parte, Kathleen Gregory Klein, hablando de las detectives mujeres dice, que ellas, como el mismo criminal, son parte de un sector de la sociedad que no pertenece al status quo. Por tanto, “her presence pushes off-center the whole male/female, public/private, intellect/emotion, physical strength/weakness dichotomy” (4). La detectivesca étnica femenina expone una doble marginalidad. Por una parte, sus protagonistas, como representantes de una comunidad subalterna, reflejan los conflictos que esta comunidad presenta con respecto a la cultura hegemónica. Por otro lado, por su sexo o su orientación sexual, reflejan la tensión no solamente con el sistema patriarcal en general, sino también dentro del propio grupo étnico que representan.

La detectivesca étnica escrita por mujeres se inicia en 1992 cuando Lucha Corpi publica Eulogy for a Brown Angel. A pesar de que, como la misma Corpi señala, la producción es limitada, otras latinas también han incursionado en el género, entre ellas, la chicana Alicia Gaspar de Alba, la nuyorican Michele Martínez y la cubanoamericana Carolina García-Aguilera. Las obras de estas escritoras reflejan su carácter híbrido y su posición fronteriza. No sólo las protagonistas se mueven entre dos culturas, dos lenguas, etc. sino también tienen que desempeñar su trabajo (antes siempre asociado al hombre) enfrentando un sistema legal que tiende a discriminarlas doblemente, por ser latinas y por ser mujeres.

Lucha Corpi publica una serie de tres novelas donde aparece la investigadora Gloria Damasco, junto a su compañero Justin Escobar: Eulogy for a Brown Angel (1992), Cactus Blood (1995) y Black Widow's Wardrobe (1999). En la última novela de la serie, Crimson Moon (2004), Corpi incorpora como protagonista a Dora Saldaña, quien ahora forma parte, junto a Damasco y Escobar, del equipo de “Brown Angel Investigations.” El papel de Damasco en esta última novela es mínimo, toda la investigación la llevan a cabo Saldaña y Escobar. Las novelas de Corpi se ubican en la región del Valle de San Francisco. La mayoría de los crímenes que se investigan tienen relación directa con la comunidad chicana.  

La novela Desert Blood: The Juárez Murders (2005), de la escritora chicana Alicia Gaspar de Alba, representa un texto fronterizo no sólo por su ubicación geográfica sino también por rozar la frontera entre la historia y la ficción. La propia autora en una nota que antecede a la novela aclara que las víctimas son una composición de las víctimas reales. La novela parte de este hecho real y a través del personaje de Ivon Villa, una lesbiana nativa de El Paso, (como su autora) se va descubriendo el trasfondo de los crímenes donde aparecen implicados individuos e instituciones, desde la Asociación de Maquiladoras hasta la patrulla fronteriza. 

Michele Martínez, exfiscal del distrito de Nueva York, hasta el momento ha publicado cuatro novelas donde aparece la fiscal investigadora Melanie Vargas: Most Wanted  (2005), The Finishing School (2006), Cover-Up (2007) y Notorious (2008). Melanie, como Michele Martínez, es mitad puertorriqueña y tiene un alto concepto de la justicia. En todas sus novelas aparecen personajes puertorriqueños, dominicanos y otros latinos de NY. Sin embargo, a pesar de que algunos de los supuestos criminales son de esas comunidades, los criminales verdaderos pertenecen a altos cargos de la política, las finanzas, etc., a gente de la clase alta que pretende tener impunidad por estos crímenes.

Las novelas Bloody Water (1996), Bloody Shame (1997), Bloody Secrets (1999), A Miracle in Paradise (1999), Havana Heat (2000) y Bitter Sugar (2001), de la cubanoamericana Carolina García-Aguilera, tienen como investigadora privada a Lupe Solano. García-Aguilera, como su protagonista, fue investigadora privada por once años. También ambas comparten el hecho de provenir de una familia cubana en el exilio. Las novelas se sitúan en la zona de Miami, donde Solano tiene su agencia, y muchos de los crímenes que Solano investiga tienen que ver con miembros de esta comunidad.

Las detectives en las novelas de estas escritoras, como los mismos textos, ocupan un espacio intermedio, de negociación, dentro de su propia cultura (en términos del género, la clase, la generación y la sexualidad, entre otros) y también entre su cultura y la cultura hegemónica. Las investigadoras Damasco, Saldaña, Villa, Vargas y Solano se enfrentan a un sistema legal que, de antemano, está contaminado por la homofobia y la discriminación racial y sexual, por tanto, su investigación privada se convierte en una investigación pública sobre los mecanismos del poder, la legalidad y la justicia dentro del sistema patriarcal.

Lucha Corpi dota a su protagonista de un conocimiento de primera mano sobre la historia del movimiento chicano. Damasco se reconoce como una chicana feminista cuya participación en el movimiento le da la oportunidad de relacionar fechas, personajes y acontecimientos. Según Cathy Steblyk, la serie de Corpi apunta hacia la opresión masculina que intenta borrar la experiencia de las chicanas. Su narrativa, por tanto, constituye un reto “to reposition the ethnic and racial Other in time, space, and history” (3). Steblyk también observa en la narrativa de Corpi una apelación directa al lector a crear una conciencia de su propia implicación o culpabilidad en la discriminación que ha sufrido este grupo. Al respecto, señala:

 

Unlike traditional detection, Corpi’s texts legitimate certain threads of non-patriarchal, non-capitalist, and non-dominant history. And when the individual and communal reader’s own role in racial politics and the perpetuation of abuse, either actively or in ignorance, is made clear, not only are individuals found culpable of the narrated murder, but also a (real) society understands its own culpability in the crimes aginst migrant/alien workers of a racial and other exploitation. (4)

 

Este mecanismo expuesto por Steblyk es evidente en todas las novelas de Corpi. Uno de los elementos fundamentales que Corpi utiliza es la combinación de hechos históricos con ficticios. En Eulogy for a Brown Angel y Cactus Blood, Corpi intercala acontecimientos reales relacionados con el movimiento chicano de los años sesenta y setenta con las investigaciones que se llevan a cabo en el presente. La investigación le sirve a Damasco, quien también formó parte del movimiento, para analizar la historia del movimiento y criticar las injusticias cometidas por parte de la policía y otros organismos del estado. A pesar de que en ambas novelas hay miembros de la comunidad chicana que parecen estar implicados en los crímenes, en realidad, lo que Damasco y Escobar descubren es que éstos forman parte de todo un engranaje que esconde a los verdaderos culpables, hombres que controlan el poder político, económico y judicial.

En Cactus Blood se expone con más profundidad la historia del movimiento chicano y la represión a que sus miembros son sometidos por parte de la policía. La investigación se centra en el supuesto suicidio de un miembro del movimiento y la desaparición de otros. Entre las evidencias que Escobar y Damasco analizan se encuentra un video, filmado en 1973, donde se pone de manifiesto el maltrato de la policía durante una manifestación pacífica llevada a cabo por  United Farm Workers. Esta evidencia histórica funciona para desplazar la visión y la memoria individual hacia la experiencia colectiva, sacando a la luz acontecimientos silenciados por la historia oficial.

Como chicana, Damasco se enfrenta a la discriminación racial y a la injusticia política y policial, al mismo tiempo que critica abiertamente la discriminación que las chicanas han padecido dentro de su grupo. Damasco reconoce que el nacionalismo chicano y el feminismo no se daban la mano durante los primeros años del movimiento. (Eulogy... 66). La propia autora hace referencia a este aspecto cuando dice:

 

Chicana/Chicano crime fiction offers in some cases the best vehicle to explore many of these themes in a direct, although sometimes shocking, manner. But more than that, it is a blanc-noir socio-cultural mirror that reveals the injustices of which we have been the victims but also the flaws and the contradictions we carry within us as individuals and as a people. It reflects who we are but also who we can be. (La Bloga)

 

Estas contradicciones y la discriminación interna se hacen más evidentes en la novela Black Widow's Wardrobe. Aquí, Licia Román Lecuona, una mujer acusada de asesinar a su esposo, pasa dieciocho años en la cárcel ya que la corte invalida sus declaraciones de abuso físico y sexual por parte de su esposo. Al salir de la cárcel, Damasco necesita protegerla porque su vida corre peligro. Uno de los rasgos más significativos en esta novela es la manera en que Corpi logra insertar la experiencia personal dentro de siglos de historia de discriminación que han sufrido la mujer mexicana y chicana. Esto lo logra a través del personaje de Licia, quien cree ser la reencarnación de La Malinche. La investigación se extiende al campo académico al incorporar textos como los de Octavio Paz, Cypes, Del Castillo, Norma Alarcón y de Otilia Meza. Este mecanismo le sirve para rearticular la visión sobre la Malinche. Al mismo tiempo, expone la labor llevada a cabo por escritoras chicanas en la reconstrucción de la memoria histórica y cultural que da cuenta de la posición subalterna de la mujer a través de los siglos que separan a la Malinche de Licia. Para Judy Maloof, Damasco representa la conciencia feminista chicana y un ejemplo de la nueva mestiza expuesta por Anzaldúa, ya que presenta una visión crítica sobre el sexismo y la discriminación dentro del movimiento chicano (1).

En su última novela, Crimson Moon, Corpi también conecta la investigación con sucesos del pasado, específicamente con el movimiento estudiantil chicano. Escobar y Dora Saldaña en este caso deben encontrar al padre de una niña que necesita un trasplante. Esto los lleva a descubrir un caso de violación, la brutalidad de la policía contra los estudiantes, los infiltrados dentro del movimiento y la corrupción de los agentes del FBI. Uno de estos agentes infiltrados resulta ser el violador de Ramona y de otras mujeres.

En todas las novelas de Corpi se observa la subversión de las fórmulas tradicionales desplazando la culpabilidad de un individuo en particular a toda la sociedad que, de una manera u otra, es cómplice del mantenimiento de una estructura social que discrimina a la mujer y a otras minorías. En este caso, Damasco y Saldaña funcionan, al igual que las otras investigadoras tratadas aquí, como puentes entre un sistema policial y judicial, muchas veces corrupto, y una comunidad subalterna discriminada y reprimida por esas mismas instituciones.

Michele Martínez afirma que en sus años trabajando como fiscal, su historial y antecedentes la situaban más cerca de los acusados que de los abogados con los que tenía que trabajar. Su investigadora, Melanie Vargas, por su parte, siente la discriminación laboral por parte de aquellos que cuestionan sus capacidades basándose en el hecho de ser mujer. Otras veces, no obstante, los mismos jefes intentan usarla con fines políticos. En Most Wanted, Melanie pide encargarse del caso y después de pensarlo su jefa le dice: “creo que puedo presentarte como una alternativa, porque eres una oferta doble… Sí, tú sabes, dos por el precio de uno. Hispana y mujer.” Melanie resiente la actitud de sus superiores y reflexiona: “¿Cuántas veces no se había sentado en la Corte y se había dado cuenta de que, por su apariencia, ella podría ser la novia o la hermana del acusado?” (Most Wanted 42). Vargas siente que a veces es discriminada, a pesar de su capacidad y experiencia:  

 

Melanie had a special talent for investigating the ugliest crimes-homicides, home evasions, narcotics, gunrunning… people who met her often thought she seemed too nice or too polite or too feminine to succeed at such a brutal job. But growing up on the block had left her with special insight into how the criminal mind worked and a high tolerance for an environment that sometimes felt like the Wild, Wild West.” (Cover-Up 15)

 

Estas facultades la llevan a finalmente ganarse una reputación y también a descubrir que detrás de los presuntos criminales (muchos de ellos pobres o latinos) se esconden los verdaderos asesinos, muchas veces amparados por la impunidad de un alto cargo político. En Most Wanted  se trata de un ex fiscal involucrado en una importante red de narcotráfico, así como también policías y encargados de la investigación de delitos mayores de la oficina fiscal. En The Finishing School, Vargas investiga la desaparición de Carmen Reyes, quien parece estar involucrada en la muerte de dos estudiantes de una prestigiosa escuela privada, a la que Carmen asiste con una beca. Una de las jóvenes muertas es la hija de un importante senador. Al final se descubre que las dos jóvenes eran “mulas” que traían la droga desde Puerto Rico y que en realidad los involucrados son el propio senador, la directora y el consejero de la escuela. También en Notorious el asesinato de un abogado defensor, en un caso en el que Vargas representa a la fiscalía, desencadena una investigación donde se desvelan las intrigas y crímenes cometidos en las altas esferas políticas y judiciales.

Vargas también presenta conflictos relacionados con su identidad étnica, en parte asociados con el abandono de su padre quien regresa a Puerto Rico dejando a la familia en New York. En The Finishing School, Melanie tiene que viajar a la isla como parte de una investigación sobre una red de narcotráfico. Allí por fin se cierra el círculo al encontrarse con su padre y con su pasado. Es verdaderamente en Puerto Rico donde Melanie experimenta por primera vez su portorriqueñidad: “She was a New Yorker born and bred, had rarely been to Puerto Rico, but something in her blood remembered this island like she’d lived a lifetime here” (302). A pesar de que la protagonista se siente así, la identidad étnica no es el rasgo más sobresaliente en las novelas de Martínez, o al menos no alcanza la magnitud que tiene este elemento en las novelas de las otras autoras.

Para Carolina García-Aguilera, así como también para su investigadora, Lupe Solano, la identidad étnica es fundamental y constituye el eje sobre el cual gira toda la narración. Según Ralph E. Rodríguez, “Garcia-Aguilera’s presentation of Solano’s Cubanidad and her relation to exile politics is one filled with wonderful contradictions and ambivalences and show both the protagonist’s alliance with and departure from her community” (131). García-Aguilera explora en sus novelas la relación conflictiva entre los miembros de la comunidad cubana en el exilio, así como también la que éstos mantienen tanto con los cubanos de la isla como con los estadounidenses en Miami. En Bloody Water, Solano investiga el paradero de la madre biológica de una niña que requiere un trasplante de médula. Esta investigación lleva a Lupe a descubrir una red de tráfico de niños que son traídos de Cuba y en el que está implicado Elio Betancourt, un prominente abogado cubano. También están implicados un reconocido doctor del Jackson Memorial Hospital y personajes de distintas esferas de las finanzas y la política miamense. En Bloody Secrets se presentan los conflictos entre los cubanos de diferentes olas migratorias. Luis, un balsero, le pide protección a Solano y asegura que un conocido y rico exiliado (antiguo socio de su padre antes de la revolución) intenta matarlo. En el transcurso de la investigación Solano descubre un desfalco a la Fundación Cubana en el exilio, cuyo dinero, supuestamente, estaba destinado a la liberación de Cuba y al restablecimiento de su economía. Tanto en Havana Heat como en Bitter Sugar, se establece una conexión más fuerte, entre los cubanos de la isla y los del exilio. En la primera con un caso de asesinato y tráfico de arte y en la segunda con la compra ilícita de terrenos de antiguos ingenios de azúcar. La protagonista logra resolver todos los casos, no siempre por la vía legal, incluso llegando a matar para salvar su vida.

Lupe Solano, sin embargo, parece representar un caso atípico dentro de la detectivesca étnica femenina. Aunque evidentemente presenta muchas de las características de las “duras,” Solano se diferencia de las demás investigadoras en su clase social y en sus gustos. La familia de Solano pertenece a la primera ola de inmigrantes cubanos. En el exilio mantienen el mismo status social que tenían en Cuba antes de 1959, con coches de lujo y una mansión en un barrio exclusivo de Miami. Lupe se considera una mujer liberal, no cree en el matrimonio y mantiene relaciones sexuales con diferentes hombres (a veces incluso para lograr ayuda o información en su investigación). Por otro lado, se siente muy sexy y femenina y se proclama como una verdadera CAP (Cuban American Princess), maneja un Mercedes y tiene una marcada afición por la ropa de diseñadores famosos. Todas estas características la alejan de las otras investigadoras tratadas aquí, sin  embargo, comparte con ellas, sobre todo con Ivon Villa y Gloria Damasco, la relación estrecha que mantiene con la comunidad étnica con la que se identifica.

El rasgo más sobresaliente de Solano es la manera en que siente y expresa su cubanidad y su conocimiento de la comunidad cubana en el exilio. En las novelas de García-Aguilera se presenta una comunidad unida por el orgullo de ser cubano y haber contribuido al crecimiento de Miami. No obstante, se presenta también dividida no sólo por la clase social y la raza, sino principalmente por las opiniones y posturas políticas con respecto al gobierno de Castro. Sobre este aspecto en sus novelas, Rodríguez señala: “García-Aguilar shows that while there are, of course, rabid anti-castro political positions, Cuban american’s political opinions often differ, especially with regard to what they imagine as the ideal relationship between the United States and Cuba (130). Lupe Solano reflexiona sobre el sueño de muchos cubanos de una posible unificación, y señala:

 

But reunification was no simple thing. We weren’t necessarily separated by choice. Many, many Cubans had fled the island because of Castro’s repression, even though they would have given anything in order to stay. Of those who remained in Cuba, some wished to leave. Others supported Castro, for their own reasons. This divide would be hard to repair. There had been too much history for everyone to shake hands and come together. (A Miracle… 81)

 

Uno de los personajes que mejor representa esta confrontación entre los cubanos del exilio es Álvaro, por un tiempo la pareja de Lupe. El es acusado de traición por muchos sectores de la comunidad por su política de diálogo con el gobierno de Castro. A pesar de la compleja relación entre los cubanos exiliados, las novelas parecen exaltar más los aspectos que tienen en común que aquellos que los separan, sobre todo el de la ilusión por regresar a la isla.

Lupe siente que el haber crecido en los Estados Unidos es un accidente, ella se siente cubana, habla español, su bebida favorita es café con leche (algo que parece ser un significante de la mezcla racial y cultural) y experimenta, como muchos otros cubanos, la nostalgia de la isla. A pesar de que Solano crece en Estados Unidos, en su primer viaje a Cuba siente que ha llegado a casa (Aguas 347). En Havana Heat, Solano regresa clandestinamente a Cuba para investigar un caso. Aquí, frente al Malecón de la Habana, reflexiona: “The Malecon was a symbol of every exile’s dreams, hopes, and aspirations. It also presented an inexhaustible well of desperations, hopelessness, and dispair. It was so beautiful that tears began falling down my cheek… I was seeing it. Havana. The Malecon. Home” (280). A pesar de que Solano está ilegalmente en Cuba, y su vida corre peligro, el regreso a la isla representa para ella la confirmación de su cubanidad. En general, las novelas de García-Aguilera exponen, muchas veces con ironía y humor, una comunidad unida por la nostalgia y dividida por conflictos generacionales y por las posturas extremistas con respecto a las relaciones entre Estados Unidos y Cuba y al papel que en ellas debe tomar la comunidad en el exilio.

Gaspar de Alba, por su parte, presenta a una protagonista con múltiples identidades: chicana, feminista y lesbiana. Para Susan Elizabeth Sweeney,

 

Lesbian feminist detective novels subvert the genre’s form and ideology even more radically. They replace the masculine world of classic and hard-boiled detective fiction with an explicitly woman-centered one. Lesbian detective novels thus pose additional questions about the nature of identity -especially in regard to desire, gender, social conformity, and ‘compulsory homosexuality’… (125)

 

La identidad lesbiana de Ivon Villa se contrapone a toda la maquinaria patriarcal apoyada por instituciones políticas y económicas, así como también al rechazo por parte de su propia familia. El mundo en que Villa se desenvuelve, tanto en lo personal como en lo profesional, tiene estrecha relación con las relaciones de género y la discriminación de la mujer. Villa es profesora de Women Studies y está escribiendo su tesis doctoral sobre la representación de la clase y el género en los grafitties de los baños públicos. Ella y su pareja, Brigit, planean adoptar el bebé de Cecilia, una de las obreras en una de las maquiladoras. Ivon regresa a El Paso para hacer los trámites de la adopción, ayudada por su prima Ximena, una asistente social que trabaja en una organización para ayudar a las trabajadoras de las maquiladoras. Una vez en El Paso, Ivon se ve envuelta directamente en estos acontecimientos porque el cuerpo mutilado de Cecilia aparece en medio del desierto. Seguidamente es su propia hermana, Irene, quien es secuestrada mientras está en una feria en Ciudad Juárez. La búsqueda de Irene es un ejemplo de la apatía de la policía, la corrupción del gobierno y el misterio que rodea a todo lo relacionado con los asesinatos. Ivon, frustrada por la poca efectividad de la policía y las organizaciones gubernamentales, decide investigar por su cuenta para dar con el paradero de su hermana. Al final, logra localizarla a con vida; sin embargo, no puede llegar a solucionar el misterio de los otros crímenes. El regreso a la frontera le supone a Ivon enfrentarse tanto al horror de estos crímenes como también a un antiguo amor y a su propia madre, quien la culpa de la muerte de su padre. Su identidad lesbiana choca con el machismo y la homofobia por parte de las instituciones públicas y con el ámbito privado de su familia. La madre no sólo le reprocha el tener un diploma de Women Studies, sino que considera que es la vergüenza de su familia por ser lesbiana y pretender adoptar un bebé (66). Al mismo tiempo, intenta impedir que Ivon se involucre en la investigación. Sin embargo, como mujer chicana, Ivon siente la vulnerabilidad de todas las mujeres de la zona y reconoce que todas ellas son víctimas en potencia.

No cabe duda de que dentro de la detectivesca étnica femenina, el feminicidio constituye uno de los aspectos más usados por las escritoras del género ya que les permite explorar y denunciar la violencia hacia la mujer. La antropóloga mexicana Marcela Lagarde, Presidenta de la Comisión Especial de Feminicidio en México, distingue entre el femicidio, el homicidio de mujeres, y el feminicidio que define al asesinato como parte de la violencia de género contra la mujer (“Feminicidio”). Para Jane Caputi y Diane Russell, la violencia contra la mujer incluye una variedad de abusos físicos y verbales, que pueden o no terminar en la muerte. Estos van desde la tortura, la violación, la esclavitud sexual, el incesto y el abuso sexual, el acoso, la mutilación de genitales, las innecesarias operaciones ginecológicas, la heterosexualidad forzada, la maternidad forzada, la esterilización forzada, la privación de alimentos en algunas culturas, las cirugías cosméticas para estar acorde con los cánones de belleza, entre muchos otros. Para estas críticas, cuando cualquiera de estas formas termina en la muerte, el acto se convierte en un feminicidio. Al mismo tiempo, aseguran que la respuesta de la policía, los medios de comunicación y el público en general ante los crímenes cometidos contra mujeres de color, pobres, prostitutas, lesbianas y drogadictas, es casi de apatía y en la mayoría de los casos tieden a ser peyorativos y a culpar a la víctima. (15)

Lo planteado por Caputi y Russell se hace más evidente cuando se trata de una mujer que investiga la desaparición, abuso sexual o físico, la violación, tortura sicológica o física o la muerte de otra mujer. La protagonista en la mayoría de estos casos no puede separar su propia condición de la de aquella a la que investiga, llegando incluso a correr el mismo riesgo y convertirse en otra posible víctima.

Muchos de estos aspectos se observan en la novela de Lucha Corpi Black Widow's Wardrobe donde Damasco se encarga de proteger a Licia del el acoso e intento de asesinato al que repetidamente se ve expuesta. En el curso de la investigación también se desvela el maltrato sexual y físico recibido de su esposo. También en Crimson Moon, Saldaña investiga la violación sexual y el asesinato de varias mujeres por parte de un agente del FBI infiltrado en el movimiento estudiantil chicano. A Melanie Vargas, la protagonista de Michele Martínez, en Cover-Up, le asignan la investigación de un caso en el que una mujer aparece acuchillada y violada brutalmente. Esta investigación la lleva a encontrar relación con otro caso similar ocurrido años atrás descubriendo un historial de violaciones y feminicidios brutales. A medida que Melanie se va involucrando en el caso comienza a recibir amenazas del asesino y violador hasta que al final lo mata en defensa propia.

Si estas novelas exponen, a través de hechos ficticios, la relación entre la investigadora, la víctima, el asesino y las instituciones, cuando se trata de un feminicidio basado en hechos reales todavía sin resolver, esta relación es aún más conflictiva. La novela de Gaspar de Alba, Desert Blood, constituye un claro ejemplo de la violencia contra la mujer y de la impunidad con que se cometen los crímenes. La propia autora expone sobre esto:

 

The bodies of the victims were immolated, mutilated, dismemberred, or beaten beyond recognition. At least ninety of those murdered women were also raped. Tragically, as of this writing, ten years after the epidemic started, and over 350 bodies later, the crimes remain unsolved. More tragic still, the killings continue. In 2003, for example, twenty-two more female bodies were found raped and murdered in Juarez, among them that of a six-year-old girl who’d been stabbed multiple times and had her eyes removed. (vi)

 

Ivon intenta encontrar una explicación para tantos crímenes, sin embargo, siempre se ve saboteada por los propios organismos que supuestamente están a cargo de la investigación. Al darse cuenta de que las autoridades, a ambos lados de la frontera, se lavan las manos con la situación (168), Ivón decide llegar al fondo del asunto. Aunque el misterio no se resuelve (como tampoco se ha resuelto fuera de la narración) el texto expone diferentes hipótesis para explicar el asesinato de tantas mujeres. Al final, lo que la novela revela es la corrupción del gobierno, el negocio de la pornografía, el de las maquiladoras, la ineficacia de NAFTA, de la globalización y la discriminación y violencia de género. Ivon reconoce que en Juárez sólo hay dos instituciones con poder: el gobierno y las maquiladoras. (242)

En Ciudad Juárez para 1970 ya había 22 empresas en funcionamiento. A fines de la década de los noventa ya existían 13 parques industriales con más de 360 maquiladoras. Más del 70 por ciento de los trabajadores en las maquilas son mujeres. Desde 1993 a la fecha, más de 550 mujeres han sido asesinadas y hay cientos de desaparecidas. Las torturas y asesinatos continúan. Para septiembre de 2008, se habían reportado 75 feminicidios en Ciudad Juárez y para febrero de 2009 ya se han reportado otras 10 nuevas víctimas (Villalpando). Por años, diferentes organizaciones se han dedicado a dar a conocer los datos y a exigir al gobierno que tome medidas, sin embargo, el misterio está sin resolverse, no se hace justicia  y la impunidad parece controlar todo. De hecho, continuamente, integrantes de estas organizaciones son víctimas de amenazas e intimidaciones. No se trata sólo de asesinatos, sino que los cuerpos de las víctimas aparecen mutilados, torturados, y en muchas ocasiones violadas. Los familiares de las víctimas, y todas las mujeres, que se sienten amenazadas por trabajar y vivir en esta región, sienten que no tienen el apoyo de las autoridades y que todo forma parte de una conspiración para ocultar la verdad.

Ivon Villa, enfrentada a tanto horror, siente que se ha creado un gran tumor maligno de silencio y reconoce su incapacidad para poder desmantelar la conspiración:

 

A bilateral assembly line of perpetrators, from the actual agents of the crime to the law enforcement agents on both sides of the border to the agents that made binational immigration policy and trade agreements…This thing implicated everyone. No wonder the crimes had not been solved, nor would they ever be solved until someone with much more power than she, with nothing to lose or to gain, brought this conspiracy out into the open. (335)

 

Las limitaciones y la frustración que siente Ivon al final de la novela parecen corresponder con lo que exponen Walton y Jones acerca de la solución del crimen. Para ellas, la investigadora puede o no solucionar el misterio, pero lo importante es que el lector sepa que el problema se extiende más allá de los límites de la novela y reconozca su propia opresión o implicación en el sistema que el texto expone (218). Por otro lado, la novela de Gaspar de Alba cabe perfectamente en el corpus de las novelas detectivescas históricas que se da a partir de la década de los noventa ya que inserta la voz de la mujer dentro de la historia convencional y desvela la realidad que se esconde detrás de la historia oficial (Erickson Johnsen 5).

A pesar de que como, acertadamente, indica Lucha Corpi, la producción detectivesca escrita por latinas en los estados Unidos es todavía escasa, sus propias novelas, junto a las de García-Aguilera, Martínez y Gaspar de Alba, representan un ejemplo de la nueva corriente étnica y multicultural que el género ha experimentado en los últimos años. Sus textos, ya sea a través de la ficción o de la ficcionalización de la historia, desmantelan los presupuestos que la sociedad tiene acerca del género, de la identidad sexual, de la cultura hegemónica y la subalterna, de la actividad criminal, de la política y del poder judicial. En este sentido, son textos contestatarios y fronterizos. En ellos, el conflicto que se plantea va más allá de la ficción y, al final, la investigación privada se convierte en pública para denunciar las injusticias que se cometen contra la mujer y los latinos en general.

 

 

Obras citadas

 

Caputi, Jane and Diana E. H. Russell. “Femicide: Sexist Terrorism against Women.” Femicide: The Politics of Woman Killing. Ed. Jill Radford and Diana E. H. Russell. New York: Twayne, 1992: 13-21.

 

Cawelti, John G. "Canonizzation, Modern Literature, and the Detective Story." Theory and Practice of Classic Detective Fiction. Ed. Jerome H. Delamater and Ruth Prigozy. Westport, Connecticut: Greenwood Press, 1997: 5-16.

 

Christian, Ed. (Ed.). The Post-Colonial Detective. New York: Palgrave, 2001.

 

Corpi, Lucha. Black Widow's Wardrobe. Houston, Texas: Arte Publico Press, 1999.

 

---. Cactus Blood. Houston, Texas: Arte Publico Press, 1995.

 

---. "Chicana Crime Fiction: Where to?” La bloga. April 27, 2007.

<http://labloga.blogspot.com/2007/04/guest-lucha-corpi-chicana-crime-fiction.html>

 

---. Crimson Moon: A Brown Angel Mystery. Houston, Texas: Arte Público Press, 2004.

 

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