¿Puede Internet (ó la lógica del capitalismo avanzado) subvertir el proyecto de la globalización?

 

 

Por Hilda Chacón

Nazareth College

 

 

El apogeo de la cibernética se manifiesta con claridad en la década de 1980. A partir de entonces, Internet se convierte en expresión tangible de una nueva era económica: la "globalización", ó el "proyecto neoliberal", según la perspectiva de los observadores. Durante esta década asistimos al desplome del socialismo en Europa del este, la caída del muro de Berlín en 1989, la crisis del proyecto sandinista en Nicaragua que desembocara en la derrota electoral de 1991, y el anuncio del "fin de la historia" por parte de algunos intelectuales del primer mundo (1). El teórico estadounidense Fredric Jameson afirma en Postmodernism. Or the Cultural Logic of Late Capitalism (1991) que "la postmodernidad" es la lógica cultural reflejada por el proceso de globalización económica -siendo la globalización, la etapa más avanzada del capitalismo (late capitalism)-. En el presente ensayo, sigo la propuesta de Jameson y hablo de "lo postmoderno" para referirme a la "lógica cultural" -a las múltiples maneras de crear sentido- en la época del capitalismo avanzado (ó la globalización económica). Utilizo indistintamente los términos "globalización" y "neoliberalismo", ya que considero son dos modos de referirse al mismo fenómeno económico.

Si bien Jameson dice que la "postmodernidad" no puede definirse con precisión (Introd., XII) admite, no obstante, que sí podemos observar las expresiones y la "fenomenología" de lo "postmoderno", así como experimentar sus "múltiples genealogías" (Introd., XIII). Lo "postmoderno", según Jameson, se expresa a través de imágenes que se presentan en "fragmentos" (25) y "discontinuidades" (29), ya sea a manera de: "collage" (31), "simulacro" (34, 46), "parodia" (17) ó "pastiche" (17). Para Jameson, las expresiones de lo postmoderno evidencian la desaparición del sujeto individual, y detentan un carácter más bien "impersonal" (16). Nos dice también que en lo postmoderno predominan los elementos visuales (70). Si bien puede constatarse este carácter "impersonal" en las expresiones culturales de las sociedades del primer mundo, como Jameson demuestra en Postmodernism (1991), no creo que esta aseveración sea necesariamente aplicable a las sociedades de la periferia del proceso de globalización. En mi opinión, la lógica "impersonal" de la postmodernidad que caracteriza al proceso de globalización económica según Jameson, se convierte en muchas otras cosas -incluyendo sus sentidos opuestos y contradictorios-, cuando se articula desde la periferia del sistema de globalización.

De todas las expresiones posibles de la postmodernidad, me interesa Internet como fenómeno de media en donde, según mi propuesta, pueden identificarse las rupturas de la lógica del capitalismo avanzado. Me interesan particularmente estas rupturas cibernéticas, ó los "intersticios" donde ocurren los procesos de negociación cultural, como señala Homi K. Bhabha en The Location of Culture (1994) entre grupos diferentes, y entre los distintos sectores de la sociedad "global". Me interesa explorar estas rupturas/discontinuidades/intersticios de la lógica cultural del capitalismo avanzado en Internet, en la medida en que estas rupturas permiten la inserción de otras percepciones de realidad, de nuevos espacio-tiempos, de maneras alternativas de hacer sentido, así como de cuestionamientos abiertos sobre el proceso mismo de la globalización. Es en estas rupturas -generalmente articuladas lejos de las metrópolis de poder- donde se genera, en mi opinión, la problematización más importante sobre la propuesta "global". Desde estos intersticios, grupos tradicionalmente marginados de la toma de decisiones empiezan a ubicarse (location, Bhabha) en sitios específicos, rearticulando interpretaciones de su nueva situación y reclamando nuevos espacios políticos, desde el media cibernético, Internet.

No me interesa seguir la propuesta de Jameson a pies juntillas, puesto que Jameson, en mi opinión, estructura un discurso abarcador y totalizante sobre lo que él considera es "la" lógica del capitalismo avanzado, y escribe desde una metrópoli del proceso de globalización sin tomar en cuenta las particularidades específicas de las sociedades periféricas. En mi opinión, la propuesta teórica de Jameson no deja de ser un planteamiento de la modernidad.

Puede constatarse en los periódicos de Internet que la globalización económica y sus formas de generar una "lógica cultural" (la postmodernidad) motivan constantes debates en América Latina. Los intelectuales se han manifestado a favor, y en contra de la globalización, con distintos niveles de (des)apego. Dentro de esta discusión, algunos teóricos latinoamericanos afirman que América Latina tiene una identidad cultural "híbrida" (García Canclini, Culturas, 307) y que "la globalización se hace cargo de la cultura" (García Canclini, La globalización, 63); que Latinoamérica ha desarrollado una "modernidad periférica" (Sarlo, 179); que la "imaginación en el poder" creó "nuevas formas de legitimidad del poder político" y que esto es parte de la "postmodernidad" latinoamericana (Bartra, Las redes, 13). Para Martín Hopenhayn, por ejemplo, la postmodernidad es nada más que la modernidad reflejando sus conflictos no resueltos (93), como leemos en "Postmodernism and Neoliberalism in Latin America", en The Postmodernism Debate in Latin America (1995). Fernando Calderón afirma que en América Latina coexisten etapas incompletas y mezcladas de premodernidad, modernidad y postmodernidad, en su artículo "Latin American Identity and Mixed Temporalities", (The Postmodern Debate, 54). Róger Bartra en La tinta y la sangre (1999) afirma con cierto regocijo que la globalización ha puesto fin a las formas autoritarias de la nacionalidad promovidas por el estado mexicano (60). Señala la necesidad de desarrollar "una visión cultural global", pues en su opinión, pueden vislumbrarse "muchas alternativas y una gran cantidad de matices detrás del neoliberalismo que, por momentos, parecería ser la única opción que ha quedado en pie" (71).

Puede afirmarse que también se manifiestan distintos grados de nostalgia entre los intelectuales latinoamericanos por la pérdida del proyecto de "nación" ante el avance de la globalización, y debido a las exigencias de los organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Sin embargo, esta nostalgia coexiste en un collage de distintas imágenes, sensaciones espaciales y emociones, producidas en la periferia del proceso económico. Bartra sostiene que la globalización implica también la caída de lo que él llama el "fundamentalismo" del estado moderno, y de la izquierda socialista (La tinta, 84). Raquel Olea afirma por su parte en "Feminism: Modern or Postmodern?", en The Postmodernism Debate in Latin America (1995) que las naciones latinoamericanas, así como el socialismo del siglo XX, son proyectos de una "modernidad" que no ha incluido a las mujeres. El movimiento feminista, en opinión de Olea, es también un proyecto de la modernidad. La época de la globalización económica -con todos los cambios políticos que le acompañan (2) - ha suscitado el surgimiento de nuevas formas de feminismo: lo que ella llama "feminism of difference" (198). Esta nueva forma de feminismo propone la deconstrucción/transformación del sistema patriarcal en cualesquiera de sus posibles manifestaciones. En este nuevo enfoque de la postmodernidad "the personal is the political" (196), contrariamente a lo que Jameson afirma que ocurre en el primer mundo. Olea destaca la importancia de la creación artística como parte activa de esta propuesta neofeminista de cambio social. En respuesta a la deificación de la "razón pura" característica de los proyectos de la modernidad, el feminismo de diferencia "involve[s] a revalorization of the experiential, of the body, and of practice itself, as modes of construction of rationalities that arise from logics rooted in the corporeality of womenís experience" (196). El feminismo de diferencia de la postmodernidad, según Olea, propone "a space of symbolic production" (199) . Existen en Internet, por ejemplo, espacios que nos dan acceso inmediato a cifras recaudadas por organismos humanitarios internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU), que nos hablan de la "feminización de la pobreza" (3). También es posible participar en collages de imágenes, voces y reflexiones en Internet, desde donde distintos grupos alrededor del mundo exponen sus experiencias y su visión del mundo. La revista CiberLetras es un ejemplo de este collage de posibilidades.

Nelly Richard, en "Reply to Vidal (from Chile)", de The Postmodernism Debate in Latin America (1995) nos habla de la experiencia de la "Revista de Crítica Cultural", que ella dirige, como una microexperiencia que "enacts a peripheral postmodernity specific to Chile and its historical-political experience in the last twenty-five years, a psotmodernity that then coexists with, but is not reducible to, metropolitan postmodernism" (mi énfasis, 308). Richard destaca el hecho de que el postmodernismo no tiene una cara única, sino que "lends itself to a multiplicity of significations" y destaca el carácter más bien "polimorfo" de lo postmoderno (308). La teórica nos insta a pensar de maneras alternativas: "When one gets beyond the facile equation of postmodernism and market neoliberalism, it becomes readily apparent that some postmodernist texts activate (new) energies of resistance and critical opposition, while other deactivate them" (308). Como vemos, para Richard el postmodernismo tiene "especificidades locales" que no necesariamente "se reducen" a la concepción de lo postmoderno en las metrópolis de la globalización. Richard destaca la riqueza de las expresiones de lo postmoderno en la periferia, dados los múltiples niveles de fragmentación y disonancia de las sociedades ubicadas allí. Nos dice que es importante utilizar "the postmodernist register" (308) en el debate crítico de América Latina, ya que esto permite la reapropiación-reconversión de "certain figures (fragmentation, hybridism, de-centering...)" (309) que han sido dejadas de lado por la manera concreta en que estos asuntos se han ubicado en las problemáticas locales de la historia de nuestras sociedades. Según Richard, estas exclusiones/olvidos/fragmentaciones "can be reaccentuated critically by certain of the new theoretical inflections of postmodernism" (309).

En Internet, se articulan un sinnúmero de debates sobre la postmodernidad y el feminismo desde la periferia de la globalización, que pueden ser accedidos desde distintas partes del mundo en cualquier momento (4). De esta manera, la periferia ubica sus discursos y sus cuestionamientos en el espacio cibernético, pudiendo cuestionar desde este tiempo-espacio el proyecto mismo de la globalización económica. Estos cuestionamientos, paradójicamente, se articulan gracias a la lógica de los media culturales del neoliberalismo, como Internet.

Cabe destacar que el proceso económico de la globalización, a pesar de haber sido impuesto unilateralmente a los países del tercer mundo (5), es más bien un sistema frágil. Peter J. Anderson asegura en su libro The Global Politics of Power, Justice and Death (1996) que en "the age of global interfusion" en la cual vivimos "many states are dwarfed in economic terms by giant global business" (42). Aún cuando la globalización económica presupone la liberalización total de las economías y la libre competencia de mercados a nivel planetario, Anderson añade que "anything resembling full-blown traditional liberalism involves 'unfair' competition in which the disadvantages inherent to some actors mean they could lose out severely under such a system" (53). Según este autor, "the global liberal economic system" puede concretar transacciones económicas en cuestión de segundos, pero también puede en la misma transacción desestabilizar las economías regionales "overnight" (68). Más aún, en su opinión, los gobiernos de todo el planeta dependen de estas frágiles transacciones económicas cibernéticas de impredecibles resultados finales. Según Anderson, "[w]ith the instant access to economic information, political events and visible trends that computerisation has provided, speculators can buy and sell currencies on a massive scale literally within minutes". Anderson da como ejemplo, el caso de la crisis de septiembre de 1992 en Inglaterra causada por la pérdida de confianza de los inversionistas en la libra esterlina y en la economía británica. Esta "desconfianza" y sus consecuentes movilizaciones de dinero overnight-, ocasionó el retiro de los británicos del Sistema Monetario Europeo ("European Monetary System") "despite the fact that membership of the system was a loudly declared cornerstone of government policy" (68). Estos sucesos paradójicamente evidencian, la tremenda vulnerabilidad de este nuevo juego económico mundial, llamado "gobalización", en el cual todos los países están obligados a participar. Este determinismo económico ha generado fuertes reacciones en distintos puntos del planeta, especialmente en las márgenes de la "globalización", en donde hay encendidas polémicas incluso entre los teóricos a favor de la economía neoliberal (Anderson, 68).

El GATT (General Agreement on Tariffs and Trade) se ha encargado de negociar condiciones de intercambio comercial entre los países después de la Segunda Guerra Mundial y ha sido "a keystone of the post-Second World War liberal capitalist system" (54). Anderson señala que muchos estados -de los que él llama "less developed states"- han resentido las presiones del GATT para que liberalicen sus economías y eliminen barreras arancelarias para los productos extranjeros, antes de estar estos países de la periferia en capacidad de proteger sus industrias nacionales y de competir en igualdad de condiciones con los productos provenientes de los grandes mercados. "They have felt that it has been a neocolonialist recipe for keeping them underdeveloped" (Anderson, 54). Algunos estados de economías subdesarrolladas, han criticado el "extremely preferential access" (Anderson, 54) que tienen por ejemplo los productos japoneses para ingresar al mercado estadounidense. Este trato preferencial es resultado de acuerdos políticos entre los Estados Unidos y el Japón, debido a que los japoneses permitieron que los Estados Unidos asentaran su poderío militar en la región de la cuenca del Pacífico, después de la II Guerra Mundial (54). Anderson señala la paradoja de que aún cuando los estados altamente desarrollados basan su economía en los principios auspiciados por el GATT, estos estados desarrollados no permiten que se les aplique la misma "estandarización" que sí promueven en las economías del resto del planeta.

Me interesa destacar el hecho de que los desastres económicos en los mercados bursátiles europeos han ocurrido de un día para otro, como consecuencia de la fragilidad/vulnerabilidad de las transacciones cibernéticas. Vivimos una época en la que el concepto de dinero se moviliza de un lugar a otro, de manera "virtual", sin dejar por ello de tener un valor real. Este concepto tiene implicaciones específicas en la economía de los países (6). Es decir, que el poderío de Internet -como el medio de las transacciones bursátiles- reside en su capacidad de transportar conceptos (económicos o culturales, según sea el caso) por convención planetaria en la era de la globalización. A nivel económico puede corroborarse que el medio (Internet) puede ser el mayor enemigo de sí mismo: las transacciones cibernéticas pueden paralizar el mercado bursátil a lo largo y ancho del planeta en cuestión de segundos. El medio se topa así con las limitaciones de su propia naturaleza y subvierte las premisas de su misma existencia. Marshall McLuhan escribió hace más de 30 años en Understanding Media (1966) que "el medio es el mensaje" (29) y que los medios son "traductores" de mensajes (77). Internet, como medio-mensaje, traduce las profundas contradicciones/cismas del sistema económico neoliberal. Precisamente porque el medio-mensaje es cuestionado por sí mismo a nivel económico, percibimos también a nivel de su lógica cultural -ó cibernética- las mismas fisuras.

El solo hecho de que Internet presente rupturas que cuestionen su propia dinámica, en mi opinión, abre una serie de posibilidades para los grupos ubicados en la periferia del proceso de globalización económica, para insertar sus voces/momentos/imágenes/palabras/discursos/narrativas en los intersticios del mundo cibernético y establecer así conexiones nuevas, que de alguna manera permitan el reconocimiento de su existencia y de sus interpretaciones alternativas sobre los "tiempos postmodernos". El medio-mensaje contrario a lo que afirma Jameson, permite en la periferia, la inserción de lo personal, de lo pequeño, de lo cotidiano, de lo olvidado por los proyectos modernos, ahora presentes en el espacio cibernético planetario. Estas incursiones caóticas son casi imposibles de evitar. Cualquier persona con conocimiento tecnológico básico puede introducir caos en el sistema (7). Retomando la afirmación de Raquel Olea de que "lo personal es político", encontramos en Internet el trasiego de millones de historias personales que cruzan vertiginosamente el planeta y que invalidan la afirmación de Jameson sobre el carácter anónimo e impersonal de "lo" postmoderno. El periodista y crítico cultural mexicano Carlos Monsiváis, afirma por ejemplo, que Internet ha suscitado un regreso al "género epistolar" y dice que "navegar es un acto de pasión" (La Jornada en Internet, 16 de octubre del 2000, http://www.jornada.unam.mx/2000/oct00/001016/03an1clt.html)

Un ejemplo grandioso de las posibilidades de introducir el caos en el proyecto de la globalización con intenciones políticas es la inserción de las voces/imágenes y discursos de la guerrilla maya zapatista en México, presentes en Internet. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es una guerrilla armada, que se da a conocer el mismo día que el gobierno mexicano anuncia la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC ó NAFTA, por sus siglas en inglés), el 1 de enero de 1994. Es ésta la primera guerrilla en la historia de Occidente que tiene una página en Internet (www.ezln.org). Ha sido llamada "la primera guerrilla de la postmodernidad", y como afirma Roger Bartra es una guerrilla en donde fundamentalmente se han producido textos (La sangre, 19). La página web del EZLN aprovecha las posibilidades del medio cibernético para ubicar las voces de los indígenas mayas, y obtener reconocimiento internacional sobre una situación nacional. Este uso del medio-mensaje cibernético por parte de los zapatistas ha permitdo la sobrevivencia de este movimiento. Pero quizás aún más importante es que el medio-mensaje elegido para difundir este collage de voces/lenguas/comunicados/imágenes ha permitido legitimar la percepción del mundo de las culturas mayas en una nación que se ideó sin incluir a los indígenas (Bartra, La tinta, 40). En general, en América Latina los indígenas no fueron incluidos en el proyecto de la nación moderna que se ideó en el siglo XIX, más que como escenario exótico de una historia patria edificada por los criollos. Internet, o la lógica cultural del capitalismo avanzado, expone con la página web de los zapatistas una fisura en el proyecto del siglo XIX, ó el proyecto inconcluso de la modernidad, como dice Jürgen Habermas en The Unfinished Project of Modernity (1997). El surgimiento de esta guerrilla cibernética trae el problema del indígena a la mesa de negociaciones sobre "lo nacional" en la era de la globalización, como afirma Monsiváis en "Crónica de una convención" en EZLN. Documentos y Comunicados (1995) (316). Según Monsiváis, el EZLN "ha impulsado por vías heterodoxas muchos cambios electorales, ha obligado a la sociedad y al Estado a replantearse la cuestión indígena y el racismo, y ha vuelto inevitable el análisis conceptual y práctico del fenómeno de la violencia en regiones como Chiapas donde no ha existido el Estado de derecho" como afirma en "Nadie lo dijo primero" (Vuelta 213, agosto de 1994: 38). En el artículo "Will Nationalism be Bilingual?" publicado en Mass Media and Free Trade. NAFTA and the Cultural Industries (1996), Monsiváis señala que la toma de cuatro ciudades por parte del ejército zapatista el 1° de enero de 1994, en Chiapas (San Cristóbal, Oconsingo, Altamirano, y Las Margaritas) dio origen a "the biggest national debate I have witnessed" (140).

La periodista mexicana Elena Poniatowska también se refiere al anuncio del levantamiento en armas de los zapatistas mayas, hecho público casi inmediatamente en los medios cibernéticos, y afirma en First World Ha! Ha! Ha! (1995): "On that day, Chiapas, the poorest state in Mexico, suddenly rose up and said, 'We, too, are Mexico, and we are not modern. We are illiterate, we have no electricity, no running water, our homes have dirtfloors, two-thirds of our children do not have schools, we have the highest tuberculosis rate in the nation, and half of our population does not speak Spanish" (103).

La lógica del capitalismo avanzado plantea muchos retos a los académicos, como estudiosos del acontecer cultural. Me uno a la preocupación de Hegel, quien pensaba que el objeto de estudio de los filósofos de su época debían ser los "tiempos modernos" (8). Creo que esta debe ser también el objeto de estudio de los culturalistas. La academia tiene ahora un reto mayor, que es atreverse a crear nuevas formas de hacer sentido utilizando la lógica de la globalización. La era que vivimos exige de nosotros formas de construir sentido más en la lógica de multi-media, por llamarlo de alguna manera más o menos apropiada. De ahora en adelante no debería preocuparnos articular discursos que demuestren una verdad, sino más bien construir collages de fragmentos que inviten a los distintos sentidos humanos ¡a crear sentido(s) lógico(s)! Tenemos ante nosotros la oportunidad de incorporar múltiples formas de medios-mensajes, en artefactos culturales más múltiples, más artísticos, en Internet. Podemos también producir discursos menos pretenciosos, abarcadores, ó generalizadores; en última instancia: podemos dejar de buscar el locus sagrado de la lógica moderna.

Este ensayo que someto a su consideración, no se escapa del pecado capital del academicismo moderno, pues propongo algunas interpretaciones de lo postmoderno. Sin embargo, confío en que esta discusión sea cuestionada -en su totalidad ó en sus instancias- y que mi intento de presentar una interpretación de la postmodernidad, habitada por múltiples intersticios -discursos/imágenes/voces/links- no necesariamente producidos por mí, dé la oportunidad de asomarnos a las múltiples posibilidades que ofrecen las rupturas de la lógica cultural del capitalismo avanzado. No quiero que mi intento sea interpretado como una posición entusiasta hacia la globalización económica. Sigo con gran preocupación las cifras sobre la pauperización generalizada, que nos dan los organismos de la ONU y los periódicos alternativos de los países de la periferia, en Internet. Sin embargo, tengo la esperanza de que no sea la globalización un proyecto tan monolítico y autoritario como se ha manifestado hasta el momento en los países del tercer mundo. Mi interés ha sido exponer las rupturas/discontinuidades/intersticios del medio-mensaje mismo, y las posibilidades para las voces alternativas. Quizás estos intersticios que he señalado en Internet -como ocurre en el nivel económico-, logren cuestionar a nivel lógico la aceptación pasiva e implacable del proyecto de la globalización, tal como se lo ha implantado en los países de la periferia.

Notas

(1). Me refiero concretamente a Francis Fukuyama, cuyo artículo "The End of History", publicado en The National Interest (Summer 1989); generó un sinnúmero de publicaciones a favor y en contra de su tesis.

(2). Raquel Olea y Nelly Richard, ambas intelectuales chilenas, reconocen que un resultado positivo de la globalización ha sido el fin de la dictadura pinochetista y el regreso a la democracia constitucional en los países del Cono Sur: Chile, Argentina y Uruguay.

(3). Como ejemplos, tenemos: la página de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre derechos humanos: http://www.unhchr.ch/html/menu2/9/vfindige.htm, la página web de ONU que denuncia cifras actuales del hambre en la tierra: http://www.thehungersite.com/, y la página del Fondo de Naciones Unidas para el Desarrollo de la Mujer (UNIFEM) que difunde la experiencia organizativa de miles de mujeres en el tercer mundo en: http://www.unifem.undp.org/

(4). En este sentido, quiero destacar la labor del periódico "La Jornada en Internet" (http://unam.netgate.net/jornada/) que se encarga de reflejar imágenes, voces y experiencias múltiples surgidas en la periferia del proceso de globalización económica.

(5). Siendo absolutamente mandatorio para los países del tercer mundo implementar en el menor plazo posible, todas las medidas de "sanidad" económica diseñadas por las entidades financieras internacionales como el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio ó el Fondo Monetario Internacional. Las tareas más típicas son: la reducción del aparato estatal; el desmantelamiento de bienes y servicios sociales sustentados por el estado -especialmente en los rubros de educación y salud-; la eliminación del subsidio estatal a la producción nacional en los países de la periferia; y la eliminación de barreras arancelarias sobre todo para los productos que ingresan a los mercados latinoamericanos, procesados en el primer mundo.

(6). Estas implicaciones son mucho más nefastas para las economías de la periferia.

(7). Un ejemplo ilustrativo de lo que digo es el incontrolable flujo de "virus" que transitan el espacio cibernético. Recuérdese también el escándalo provocado por el descubrimiento de que el virus "I love you" que dañó el sistema operativo de millones de sistemas a principios del año 2000, fue diseñado por dos jóvenes adolescentes filipinos provenientes de un medio más bien modesto y de escasos recursos.

(8). Hegel afirma que "The modern world is this essential power of connection..."

Obras citadas:

Anderson, Peter J. The Global Politics of Power, Justice and Death. New York: Routledge, 1996.

Bartra, Róger. La tinta y la sangre. México: Océano (1999).

---. Las redes imaginarias del poder político. México: Océano, 1996.

Bhabha, Homi K. The Location of Culture. New York: Routledge, 1994.

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